¿Actores ciudadanos o partidistas?
Un grupo de ciudadanos acompaña a un actor político en un evento en el que éste acusa una supuesta “represalia económica”. ¿La razón? Haber exhibido un caso de corrupción en su estado. El grupo lo arropa y se agrupa para la foto; la imagen vale más que mil palabras.
Entre los asistentes hay reconocidos legisladores y actores políticos. Hay miembros de las coaliciones electorales opositoras al gobierno. Hay importantes académicos y miembros de la comentocracia, todos y cada uno de los cuales tienen pleno derecho para dar un cheque en blanco y acompañar al gobernador de Chihuahua. El acto se convierte en una convocatoria política propia del calendario más que una exposición de argumentos y pruebas de sus dichos.
El gobernador aduce que la Secretaría de Hacienda quiere “estrangularlo presupuestalmente” por las detenciones de miembros del PRI ligados a casos de corrupción. Lo hace con el lenguaje propio de quien sabe que sus dichos no le generarán responsabilidad alguna y sí muchas líneas ágata en la medida que levante la voz y los adjetivos y las acusaciones.
La secretaría aduce que en un marco de “colaboración respetuosa y coordinación cotidiana…” ha entregado “en tiempo y forma” todos los recursos que por ley corresponden a Chihuahua. Lo hace con lenguaje amorfo, propio de la restricción institucional que obliga a guardar respeto incluso frente a la injuria, y lo hace torpemente, por lo que pierde la batalla mediática.
¿Quién tiene la razón? En el México polarizado de hoy, es fácil saberlo: depende de qué lado del espectro político cada quien se encuentra. Sin embargo, lo incomprensible del evento cuasi partidista del gobernador Corral es la manera en la que el Comité de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción se prestó a ser utilizado, así como su pronunciamiento sobre el caso. Dicho comité dice que su función es ser “el canal de interacción entre la sociedad civil y las instituciones de gobierno”. Interacción entre sociedad y gobierno… y, sin embargo, menos de 24 horas después del evento del gobernador Corral, ya había señalado “su rechazo absoluto a la reducción presupuestal… tomada como escarmiento por denunciar los malos manejos de la administración de César Duarte...”. ¿Les consta? Tras prestarse para la foto con el gobernador, ¿tuvieron siquiera a bien buscar un espacio con los funcionarios federales para escucharles, o su interacción es únicamente con instituciones de gobierno opositoras al gobierno federal?
El país necesita ciudadanos cada vez más comprometidos, participativos, mejor organizados. Pero así como el Estado debe evitar la “captura” de sus entes reguladores por los actores económicos, la sociedad debe evitar la captura de sus entes ciudadanos por los actores políticos. M