Milenio

Ejército birmano reconoce agresiones a rohinyás

- AFP/Bangkok

Tras meses de negativas, el ejército birmano admitió que algunos de sus soldados participar­on en una matanza en un pueblo de rohinyás, reconocien­do por primera vez su papel en el conflicto que según Amnistía Internacio­nal (AI) es solo la punta del iceberg.

Naciones Unidas y varias organizaci­ones no gubernamen­tales denuncian una “limpieza étnica” y ven “elementos de genocidio” en la situación de los musulmanes rohinyás que viven en el oeste de Birmania.

En total unos 655 mil rohiniyás se han refugiado en Bangladés desde agosto de 2017, cuando empezó una operación militar en la zona en la que presuntame­nte se cometieron violacione­s, torturas y asesinatos.

Durante meses, el ejército y el gobierno civil liderado por Aung San Suu Kyi negaron las acusacione­s, pero todo cambió el pasado miércoles. “Varios habitantes del pueblo de Inn Din y miembros de las fuerzas de seguridad reconocier­on haber matado a diez personas”, indicó la oficina del jefe del ejército en Facebook, en referencia a los hechos ocurridos el 2 de septiembre en el estado birmano de Rakáin.

Por primera vez el ejército describió a las víctimas como “bengalíes”, un término peyorativo que designa a los rohinyás de Birmania, donde son considerad­os como inmigrante­s ilegales de Bangladés.

Desde agosto pasado, la minoria musulmana huye de la violencia del ejército birmano en Rakáin. m

Desde agosto pasado, miles de familias han escapado a Bangladés huyendo del exterminio

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