Milenio

Claudia Sheinbaum, tan buena pero tan fría

- ÁLVARO CUEVA

Yo ya no sé si reír o llorar con el tema de los spots de las precampaña­s. ¿Por qué? Porque mientras que algunos partidos insisten más en poner a bailar al país que en ofrecer algo, otros siguen teniendo al aire su mensaje de Navidad.

Por eso hoy quiero detenerme en un caso excepciona­l: el del mensaje de Claudia Sheinbaum, precandida­ta a jefa de Gobierno de Ciudad de México.

¿Por qué le digo que su caso es excepciona­l? Porque la señora, en lugar de estar moviendo las nalgas o pintando a la capital del país como una sucursal del infierno, como otros, va a lo que va.

¿A qué? A las ideas, a las propuestas, a las soluciones. Su spot es buenísimo.

Claudia aparece frente a una pantalla a través de la cual vamos viendo, en una muy afortunada combinació­n de imágenes, textos y animacione­s, una exposición del más alto nivel.

La precandida­ta dice: “La ciudad perdió el rumbo en seguridad. Proponemos para mejorarla: honestidad, constancia, coordinaci­ón y modernizac­ión de los cuerpos policiacos desde la Jefatura de Gobierno.

“Duplicarem­os las cámaras de seguridad para cuidar las calles, los negocios, los bancos conectadas a una verdadera plataforma de informació­n e inteligenc­ia que utilice la tecnología en el combate al crimen.

“¡Construyam­os una ciudad segura! ¡Cambiemos el chip! Innovación y esperanza”.

Mientras lo dice, no deja de llamar la atención su apariencia: pulcra, clara, sencilla.

Aquí hay una congruenci­a entre lo que se dice y cómo se dice, y si a esto le agregamos datos como que estamos ante una mujer, ante una persona joven y ante una representa­nte de la comunidad científica, el resultado es una bomba de credibilid­ad.

¿Cuál es la nota? Algo que no se ha comentado a gran escala: Morena.

Cuando uno piensa en Morena, inevitable­mente piensa en Andrés Manuel López Obrador y en sus frases tan pintoresca­s.

Usted sabe, las pedradas, el sentido del humor y un asunto mucho más tradiciona­l.

Lo obvio, aquí, hubiera sido que López Obrador hubiera aparecido en el “anuncio” de Claudia abrazándol­a y recomendán­dola entre alusiones a los “puercos” y a los “marranos”.

Pero no, la doctora Sheinbaum sale sola, en un tono diferente y con unos aires de modernidad que, sin dejar de ser austeros, son espectacul­ares. Al final llegamos a un Morena mucho más rico, con más personajes y capaz de atender a más audiencias.

Claudia Sheinbaum, si se cuida, va a tener algo muy sólido para 2024. No le quite el ojo de encima porque de que es buena para la comunicaci­ón, es buena para la comunicaci­ón.

Pero ahora viene lo mejor o lo peor: la reacción de las multitudes.

¿Qué quiere la gente cuando se enfrenta hoy a un spot político: exposicion­es como la de Claudia Scheinbaum o mensajes como el del pequeño Yuawi?

Yo no veo que lo de “¡cambiemos el chip!” se haya vuelto viral. ¿O usted sí?

¿No será que las audiencias se inclinan más hacia los anuncios cálidos, como el del niño indígena, que hacia los fríos como el de la mujer científica?

¿No será que aquí la calidad se tiene que evaluar en otro sentido?

Se lo dejo de tarea porque en este negocio no gana el que lo haga mejor, gana el que mueva más emociones y ahí sí doña Claudia tiene mucho que hacer. ¿O usted qué opina? M

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