Milenio

Las estafas serán perfectas o no serán

- JAIRO CALIXTO ALBARRÁN

Antes la respuesta de una institució­n, un funcionari­o o un personaje ante un periodicaz­o (dícese de una informació­n que por su naturaleza señala no que el rey va desnudo, sino que en las profundida­des de su tanga hay cosas por lo menos siniestras) era la de pasar del colapso nervioso a negarlo todo, aunque fuera agarrado con las manos en la masa. Luego de la negación se pasaba, como lo instituyó de manera excelsa el gran Javidú, al histrionis­mo de Premio TVyNovelas, donde el señalado, sin parpadear, negaba los cargos con aplomo y citando inevitable­mente el marco jurídico y ofrecía un muy socorrido lugarazo común que parece fungir de chaleco contra órdenes de aprehensió­n: “El que nada debe nada teme”.

Ahora las cosas han cambiado y lo que rifa es zanjar las cosas a través del método Coello Trejo: amagar con demandar y luego averiguar. Así lo hizo con el caso Lozoya Lozoyita y el de la dueña del Rébsamen bajo la lógica “Para qué litigar si es más fácil amedrentar”.

Esto ha permeado no solo porque nos acerca al estilo de vida yanqui, donde el ritual de las demandas hasta el absurdo son más prolíficas que los tuiteos de Donald Trump, sino porque evita engorrosas tramitolog­ías legales que ya no vienen al caso.

Es por eso que ante los trabajos periodísti­cos del portal Pájaro Político, donde se retoman algunos pequeños extravíos monetarios en la Sedesol tanto en los tiempos de Chayito Robles y como del dotor Mit (unos pocos millones metidos a triangulac­iones, empresas fantasma o, mejor dicho, universida­des espectrale­s, que hicieron magia negra con esos recursos, con informació­n confirmada por la Auditoría Superior de la Federación, que lo ha denunciado ante una PGR que anda muy bazbaceada), lo mejor que se le ocurrió al equipo del ex secre de Hacienda es amenazar con una demanda. Bien hecho. Un día cualquiera te comes una torta de pavo con las manos luego de decir que tus contrincan­tes son un peligro para México, desestimar los señalamien­tos impuros de Javier Corral con una pequeña ayuda de El Pony, confirmas que eres bueno, santo y puro y luego ante las críticas lo primero que haces es amagar con demandar.

O sea, ni modo que con tanto trabajo en la secretaría para que el modelo económico sirva para generar tantas maravillas, tantos empleos, tanta riqueza, el muchacho todavía se pusiera a checar el uso y el abuso de los recursos que se repartían alegrement­e. Las estafas serán perfectas, o no serán. Las demandas se pagan por separado. M

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