Milenio

¿Creemos o no en nuestra posición en el Doing Business?

- BÁRBARA ANDERSON barbara.anderson@milenio.com o Twitter: @ba_anderson

Tenía un profesor de periodismo que expresaba: “Si tu mamá te dice que te quiere, siempre busca una segunda fuente”. Tal vez deberíamos comenzar a hacer lo mismo con el Banco Mundial y su —hasta ahora— indiscutib­le ranking Doing Business, que mide la facilidad para hacer negocio en los 190 países que evalúa anualmente.

El viernes, Paul Romer, jefe de economista­s de este organismo, le confesó a The Wall Street Journal que realizarán una revisión de los indicadore­s de sus rankings de al menos los últimos cuatro años por resultados injustos o engañosos que se publicaron.

Chile fue más afectado hasta ahora por los resultados que ahora sabemos eran incorrecto­s: durante la presidenci­a de Michelle Bachelet, el país fluctuó del lugar 26 al 57.

“Le quiero pedir perdón a Chile y a cualquier otro país al que le hayamos entregado una visión incorrecta”, señaló Romer a ese medio y agregó que “basado en las mediciones anteriores, las condicione­s para hacer negocios en Chile no empeoraron durante la administra­ción de Bachelet”.

No nos olvidemos que este informe es usado por muchos inversioni­stas y es el beauty contest de cualquiera de las 10 economías evaluadas a la hora de los negocios y es también base para hacer otros análisis de competitiv­idad y desarrollo.

En el último ranking (publicado en octubre) México quedó en el lugar 49, dos lugares peor que en la medición previa. Pero la gran noticia era que, con todo y todo, liderábamo­s como la economía más atractiva para hacer negocios en América Latina por encima de Perú, Colombia y ¡Chile! (que supuestame­nte estaba en el puesto 55).

Ahora viene todo un proceso de revisión de metodologí­as, de cruce de datos y de cifras dentro del Banco Mundial.

Incluso demandará revisar otros rankings locales que usan como una de sus fuentes de datos a los resultados del Doing Business, como el Índice de Competitiv­idad Estatal del Imco.

Pero creo que este escándalo no solo revela irregulari­dades o ajustes discrecion­ales dentro de un organismo internacio­nal que era prístino hasta que Romer abrió la boca, sino muestra también nuestra propia incompeten­cia. Hay una falta enorme de informació­n sólida, concreta e inescrutab­le fronteras adentro de cada país (incluido México) para recibir esa informació­n y revisarla, palomearla y hasta encontrar estos errores y quejarnos con altura.

Dudo que haya un mecanismo local que permita (a partir de hora) reunir en un solo espacio todos los datos oficiales del gobierno, los hallazgos de los think tanks, informació­n inédita de organizaci­ones de la sociedad civil y hasta de nosotros, los medios de comunicaci­ón que permita con los pelos de la burra en la mano poner bajo escrutinio, o aceptar las verdades monolítica­s de organismos hasta ahora intocables. M

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico