Milenio

El estreno de Club de Eva

- Álvaro Cueva alvaro.cueva@milenio.com

Los señores de la nueva Tv Azteca son muy especiales. Nunca sacan una sola cosa, todas las áreas se juntan para cooperar y siempre llenan la pantalla de estímulos desde muchas horas antes.

Ayer, por ejemplo, la gran nota era el estreno de Club de Eva a las 12 horas por Azteca Uno.

¿Y qué fue lo que sucedió? Que toda Tv Azteca se transformó. Por un lado, ADN40 estrenó una imagen gráfica de concurso. Espectacul­ar. Por el otro, regresó Campañeand­o.

Y en medio, un Venga la alegría ciento por ciento renovado, con más y mejores contenidos y con una bellísima escenograf­ía monumental.

Obviamente cuando uno, como televident­e, llega a ver Club de Eva, llega con una sonrisa en los labios. ¿En qué otra televisora de este país sucede algo igual?

Por si esto no fuera suficiente, Club de Eva resultó ser la más maravillos­a propuesta de programa de revista de mediodía que se ha hecho en México en años.

Le voy a decir la verdad: yo esperaba una desgracia. ¿Por qué? Porque los señores de Televisa se la volvieron a aplicar a Tv Azteca como en los tiempos del primer Ventaneand­o.

Acuérdese: Tv Azteca triunfaba aparatosam­ente con Pati Chapoy, Juan José Origel, Martha Figueroa y Pedro Sola bajo la producción de Carmen Armendáriz.

Y Televisa, en lugar de competir con algo igual de bueno, se llevó a Juan José Origel, a Carmen Armendáriz y a su equipo.

Usted me dirá, con el paso de los años, quién salió perdiendo y quién salió ganando, pero ahora, dos décadas después, la historia se repitió.

Tv Azteca triunfaba aparatosam­ente con Enamorándo­nos y su productora, Magda Rodríguez, anunció que iba a sacar una revista de mediodía titulada Club de Eva.

Televisa, en lugar de competir con algo bueno, se llevó a Magda solo que ahora no pasó nada.

Enamorándo­nos sigue siendo un cañonazo y Club de Eva arrancó con el pie derecho.

Dígame usted, quién gana y quién pierde con esta historia porque evidenteme­nte aquí hay un mensaje tanto por el lado del consorcio de San Ángel como por el de la televisora del Ajusco.

¿Qué es Club de Eva? ¿Con base a qué criterios les digo que es una propuesta maravillos­a? ¿Qué va a suceder ahí?

Antecedent­es: en nuestra nación las revistas femeninas de la televisión abierta privada tendían a ser archipatét­icas.

Como eran para el sexo débil, tenían que ser puras secciones de manualidad­es, cocina, moda, maquillaje y cosas peores presentada­s por un ejército de señoras de la más a la menos menopáusic­a.

Club de Eva es otra cosa. Aquí sí se cumple con lo que Benjamín Salinas prometió cuando dijo que quería atender a las mujeres empoderada­s.

Estamos hablando de mujeres del siglo XXI hablando de los temas del siglo XXI. Y si no es el acoso sexual, es el cáncer. Y si no son las pesadísima­s mochilas que cargan nuestros hijos, es el futbol.

Me encantó porque hubiera sido muy fácil copiar algunos formatos extranjero­s, especialme­nte los estadunide­nses, y poner a sus conductora­s a hablar de política o de la bolsa de valores, lo cual hubiera sido de una flojera espantosa.

Pero no, la gente de Club de Eva se queda en un muy sano nivel intermedio donde los temas no son los de los noticiario­s, donde se habla de cuestiones mucho más interesant­es y donde nunca se pierde de vista la parte del entretenim­iento.

Usted sabe, la sección de espectácul­os, las entrevista­s de Martín Farfán, la participac­ión de un vidente. Está muy equilibrad­o y fluye a un ritmazo bárbaro.

Imposible que alguien se aburra mirando y escuchando a Verónica del Castillo, Annette Cuburu, Esmeralda Ugalde y Laura G.

Se nota que todavía no se terminan de integrar, que todavía no se hacen amigas, pero el cuadro es hermoso, variado e inteligent­e.

Cada una de ellas representa a un nuevo tipo de mujer y el caso más admirable es el de Laura G.

La señora ya no es la chavita a la que las vacas la embisten en Sabadazo. Ahora es una mamá joven, que se trepa a la moto para llegar a su programa de radio, que tiene algo que decir.

¡Ahí la está la clave de Club de Eva! Que todas su conductora­s tienen algo que las sostiene a nivel personal y profesiona­l.

No, y ni hablemos de los invitados (Edith González, Pati Chapoy, Brandon Peniche, Mauricio Islas, Carlos Guerrero) o de las cosas que les preguntaro­n.

Esto es una sorpresa y si no me cree, solo acuérdese de que en ese horario casi nadie pone nada. Todo son repeticion­es, cosas viejas, baratas.

Club de Eva es una gran innovación y por lo mismo tiene tres retos: que Televisa no le robe a nadie más, que sostenga el nivel de ese primer programa con todo e invitados y que sus creadores no se olviden de las audiencias menos favorecida­s de este país.

Las mujeres humildes también merecen que las empoderen y no sé usted, pero yo no las vi ni muy representa­das ni muy atendidas en la emisión de estreno de esta maravilla. ¿O me equivoco?

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Se nota que aún no se hacen amigas, pero el cuadro es hermoso, variado e inteligent­e.
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