En aparador, el negocio marítimo de Rolls-Royce
El fabricante de automóviles de lujo trabaja en una reestructuración que incluye bajar de cinco a tres el número de sus unidades
Rolls-Royce considerará vender su deficitario negocio marítimo comercial, ya que el director ejecutivo Warren East ha lanzado una nueva ronda de reducción de costos en un intento por acelerar la reestructuración del grupo de ingeniería de primera línea.
East dijo que considera las opciones estratégicas para el negocio marítimo como parte de una reestructuración más general que incluye consolidar en tres las cinco unidades de negocio de Rolls-Royce.
En una señal de frustración por el lento ritmo del cambio en la empresa de 111 años de antigüedad reconocida por sus procedimientos jerárquicos, East dijo que necesita “reforzar el cambio de comportamiento con nuevas medidas para agilizar los procesos”, los cuales espera que se centren en las funciones de dirección y apoyo.
East dijo que la revisión de su unidad marítima comercial y la simplificación de sus unidades de negocio en aeroespacial civil, defensa y sistemas de energía “nos ayudarán a mejorar el desempeño de nuestras operaciones principales”. La compañía dará detalles de los ahorros de costos cuando anuncie sus resultados anuales el 7 de marzo.
Rolls-Royce dio que sigue sintiéndose cómodo con las expectativas de mercado para las utilidades de 2017.
Aunque es probable la venta del negocio marítimo comercial, de acuerdo con una persona que tiene conocimiento de la situación, Rolls-Royce conservará su negocio marítimo naval, el cual absorberá la división de defensa.
Además del cierre de la división marítima, Rolls-Royce va a disolver su división nuclear al trasladar el negocio de propulsión submarina a la unidad de defensa y la unidad nuclear civil —uno de los contendientes en la competencia del gobierno británico para construir pequeños reactores modulares— a la operación de sistemas de energía del grupo.
El año pasado East le prometió a los accionistas que después de años de recortes de costos y reestructuración va a revisar la dirección estratégica del grupo.
Dijo que quiere que 2018 sea un “año de avances” en términos de la reestructuración que lanzó a su llegada en 2015, y con respecto a la generación de flujo de efectivo del grupo.
Rolls-Royce dijo en el pasado que esperaba que mejorara el flujo de efectivo a partir de este año y el director ejecutivo reiteró su objetivo de encontrar mejoras de eficiencia que lleguen a representar mil millones de libras para 2020.
La decisión de salir del negocio marítimo comercial, que suministra motores y otro tipo de equipos a los barcos mercantes y a la industria de gas y petróleo en altamar, va a complacer a muchos inversionistas que presionaron para que el grupo vendiera un negocio que sufre mucho como resultado de la desaceleración de las actividades de exploración de gas y petróleo.
En 2016, la división marítima, junto con la comercial y naval, reportaron pérdidas de 27 millones de libras sobre ventas de mil 100 millones de libras. El elemento marítimo comercial representó 75 por ciento de los ingresos.
East expresó repetidamente su apoyo a la cartera diversificada que crearon sus predecesores. Pospuso plantea beneficios de mil mdl por medidas de eficiencia hacia 2020 la decisión de una posible venta de la unidad marítima cuando el negocio —con sede en Noruega y Finlandia— pasaba por una reestructuración. Se eliminaron cerca de 2 mil puestos de trabajo en el negocio marítimo en los últimos tres años, y el conjunto de plantas se redujo de 27 a 15.
En una entrevista con Financial Times el mes pasado, el director ejecutivo de la división, Mikael Mainen, sugirió que podría haber más cierres de fábricas si el mercado sigue deprimido.
Rolls-Royce trató de reducir su dependencia del mercado de gas y petróleo al realizar fuertes inversiones en los sistemas remotos y autónomos, así como en el monitoreo en tiempo real mediante el uso de grandes datos para mejorar la eficiencia de las flotas. East dijo a los accionistas el año pasado que las oportunidades en esta área eran tales que planeaba aumentar la inversión en investigación y desarrollo.
Al anunciar los cambios el miércoles, East dijo: “logramos una posición de liderazgo en la industria de barcos inteligentes y traslados marítimos autónomos y es justo que consideremos si se puede atender mejor su futuro bajo una nueva propiedad”.
La compañía contrató a Lazar, el banco de inversión, para asesorar la revisión del negocio marítimo comercial. Se espera que la decisión de una venta total o parcial de la división se presente cerca de mediados de año.
La revisión del futuro de la operación marítima comercial dentro del grupo va a sorprender a los empleados de la unidad marítima de Rolls-Royce, ya que muchos de ellos creyeron cuando East dijo que iba a resistir a la presión de vender la división. “En los últimos años Rolls-Royce confirmó en repetidas ocasiones su compromiso con la industria marítima...y no veo alguna razón para dudar de ese compromiso”, dijo un líder sindical a FT el mes pasado.
A principios de esta semana, Rolls-Royce confirmó que considera la venta de L’Orange, una filial con sede en Alemania que produce sistemas de inyección de combustible para motores a diésel marítimos e industriales. El comunicado se produjo después de un informe de Bloomberg de la semana pasada en el que se sugirió que con la venta podría recaudar hasta 700 millones de dólares.