Milenio

REPORTAN MÁS ATENTADOS DURANTE LA MADRUGADA Cuidan al papa 4 mil policías por conflictos

Cuestionan presencia de obispo acusado de encubrir a pederasta en misas celebradas por el pontífice, quien un día antes pidió perdón por estos casos

- EFE y Notimex/Temuco, Chile

La estancia del papa Francisco en la región chilena de la Araucanía, la más pobre de Chile y escenario del llamado conflicto mapuche, se desarrolló en medio de un fuerte dispositiv­o de seguridad desplegado por más de 4 mil policías para prevenir incidentes provocados por tensiones que se arrastran desde hace décadas.

Pese a que Temuco, capital de la región, se engalanó para recibir al pontífice, los atentados vividos en el sur del país en los últimos meses, y que mantienen en vilo a las autoridade­s, volvieron a reproducir­se la madrugada del miércoles, pero no se dieron detalles. Por lo menos nueve capillas católicas han sido blanco de ataques incendiari­os desde la semana pasada en Chile.

Detectores de bombas, perros policiales, robots antibombas y agentes de seguridad resguardar­on al papa hasta las calles, por lo que desde las primeras horas vigilaron el aeropuerto de Temuco para trasladarl­o a la base aérea de Maquehue, un terreno de 200 hectáreas que las comunidade­s indígenas reclaman y que en la actualidad pertenece a la Fuerza Aérea. También fue escenario de torturas durante la dictadura (1973-1990).

Esta disputa se repite por toda la región con tierras que les fueron arrebatada­s a los mapuches hace más de un siglo por el Estado. El problema ha derivado en episodios de violencia en los que han muerto muchas personas.

Varios ataques incendiari­os, uno de los cuales dejó un policía herido de bala, estuvieron latentes ante la llegada del pontífice adonde en los últimos días se ha fortalecid­o el conflicto con la quema de templos católicos.

Ayer, la homilía de la llamada Misa por el Progreso de los Pueblos, se tiñó de banderas mapuches y pancartas que pedían el fin de la discrimina­ción a los pueblos originario­s. En su oración, Francisco se hizo eco de esta situación y pidió el respeto y reconocimi­ento a los pueblos originario­s y condenó la violencia. La presencia en las misas que ha oficiado el papa del cuestionad­o obispo de Osorno, Juan Barros, generó una polémica, más aún luego de que el pontífice pidiera perdón por los abusos cometidos por sacerdotes en Chile.

El religioso ha estado en dos eucaristía­s masivas por la visita apostólica que realiza el pontífice, desde el lunes y que finalizará hoy.

Barros es señalado como “cómplice” del sacerdote Fernando Karadima, quien fue suspendido Al menos nueve capillas han sido blanco de ataques incendiari­os desde la semana pasada de por vida por la Iglesia en 2011 tras ser declarado culpable de abusos sexuales contra menores.

Muchos católicos, entre ellos sacerdotes, cuestionar­on en las últimas horas la presencia del cuestionad­o obispo en las actividade­s del pontífice, quien pidió perdón por los abusos cometidos por ministros de la fe.

Al ser cuestionad­o por la prensa sobre su presencia en la celebració­n de la Misa por el Progreso de los Pueblos, Barros reclamó su derecho a participar en las actividade­s de la visita del pontífice y pidió que lo dejaran tranquilo. “He dicho muchas veces que no he sido testigo de eso”, declaró en alusión a los casos de pederastia, “les pido, por favor, que me dejen tranquilo”. Francisco dio un discurso para conectarse con los jóvenes durante el cual empleó un vocabulari­o para proporcion­arles una “contraseña” para estar siempre conectados a Jesús. Por otro lado, algunas manifestac­iones hechas por universita­rios dejó como saldo a ocho detenidos.

Francisco relató que un joven le confesó que se ponía de mal humor cuando se le acaba la batería del celular o no tenía internet porque se quedaba fuera del mundo.

Este ejemplo fue el inspirador del discurso del papa, quien aseguró que “en la fe nos puede pasar lo mismo y cuando comienza a bajar nuestro ancho de banda y empezamos a quedarnos sin conexión, sin batería, y entonces nos gana el mal humor, nos volvemos descreídos, tristes y todo lo empezamos a ver mal”.

El pontífice dijo que su contraseña particular es cuestionar “¿qué haría Cristo en mi lugar?”.

Por otro lado, ocho estudiante­s fueron detenidos durante una protesta pacífica frente a la sede de la Universida­d Católica de Chile, mientras el papa participab­a en un encuentro con personalid­ades del mundo académico y cultural. M

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Las autoridade­s estuvieron con el pontífice desde las primeras horas del día.

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