Mejoran las expectativas del TLC
No se puede cantar victoria ni mucho menos, pero la expectativa de lograr una negociación razonable del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC) hoy tiene más posibilidades. En primer lugar, Trump accedió a no forzar la renegociación y propuso seguir con las pláticas sin exigir una decisión hasta que no termine el periodo electoral en México; lo anterior significa que cuando menos habrá tranquilidad en este tema de aquí a finales de julio, y los que entienden más piensan que seguramente las cosas se alargarán, lo cual es bueno para México. Evidentemente, habrá una perspectiva diferente dependiendo de quién gane en la contienda electoral; si el triunfo fuera del PRI o del Frente, no tengo duda de que se buscaría la continuidad; sin embargo, si fuera Morena el ganador, pueden pasar muchas cosas no necesariamente buenas para México.
No podemos olvidar que López Obrador no es muy apegado a la globalización y a la apertura; ya mencionó que cerraría las fronteras para productos agrícolas con el fin de lograr autosuficiencia alimentaria, lo cual es una verdadera tontería. El campo mexicano es de los sectores que más se han beneficiado del Tratado de Libre Comercio, pero eso, por supuesto, López Obrador no es capaz de asimilarlo.
Otra razón para pensar en que el TLC puede mantenerse vivo es que yo creo (nadie me lo ha dicho) que nuestro país está dispuesto a flexibilizar su postura de la misma forma en que estuvimos de acuerdo con que el tratado se revise cada cinco años sin que se dé por terminado; es muy posible que México acepte también modificar las reglas de origen y esté de acuerdo en subir el porcentaje de contenido regional del 62.5 por ciento actual al 80 por ciento que pide Estado Unidos, pero no de un “jalón”, sino paulatinamente en un horizonte de varios años. En fin, puede haber muchas formas de ser flexibles, aunque quedarían temas ríspidos pendientes, como la solución de las controversias en donde Canadá es quien más se opone a aceptar cambiar el estatus actual.
A pesar de que todo lo anterior incrementa las esperanzas de que sigamos teniendo un tratado comercial con EU y Canadá, no podemos olvidar que Trump puede llegar a ser muy irracional al tomar decisiones; si por él fuera, estoy seguro que ya habría cancelado el tratado, y quizás no lo ha hecho porque hay muchos empresarios estadunidenses que le han pedido que no lo haga, y no digamos agricultores y gobernadores de los estados fronterizos que verían seriamente efectuados los empleos y sus economías regionales.
Por lo pronto, aparentemente, tendremos un respiro de unos cuantos meses, pero eso está por verse. El 23 de enero da inicio la sexta ronda de negociaciones, seguramente ahí tendremos más información. m
“México está dispuesto a flexibilizar su postura en el tratado comercial”