Arrozales de Taiwán, en impactante coreografía
La compañía Cloud Gate Dance Theatre, de Lin Hwai-min, llega por primera vez al país
Ha dado la vuelta al mundo al presentar esta propuesta dancística en más de 100 ciudades, siempre con éxito y críticas no solo favorables sino arrobadas. Es un espectáculo en el que, mientras en una pantalla que proyecta un arrozal taiwanés donde miles de vainas se mueven al capricho del viento, en el escenario los bailarines se mueven a veces tan lentamente que parecen suspendidos.
La coreografía es Rice (Arroz), de Lin Hwai-min, artista que abandonó la literatura para adoptar la danza como medio de expresión, quien fundó en 1973 la compañía Cloud Gate Dance Theatre, la más importante de danza contemporánea de Taiwán, con la que se presentará los días 16 y 17 de febrero en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes.
En videoconferencia desde Taiwán, el coreógrafo dijo: “Nos hemos presentado en Londres, Nueva York, París, Moscú y San Petersburgo, y a la gente le encanta, porque visualmente es impactante. Donde se muestre esta pieza la gente la entiende”.
Agregó que Rice se convierte en una experiencia que no puede explicar: tal vez porque es muy visual, pues trabajó muy de cerca con un videógrafo que diseñó las imágenes del arrozal sobre las que transcurre el montaje.
En 40 años, la compañía ha alcanzado un alto nivel de precisión. Su formación incluye artes marciales, la técnica de respiración Qi Gong, danza moderna, caligrafía y meditación. Esta última no solo como técnica sino como entrenamiento para la vida.
Los bailarines fueron llevados a los campos de arroz de Chis- hshang para sentir el lugar, lo que ha dado como resultado una exitosa propuesta coreográfica. “Eso hace que el movimiento se genere desde adentro; es muy profundo, con mucha intención y su enfoque es mucho más directo y fuerte. La proyección en el escenario resulta mucho más impactante cuando el movimiento viene desde el centro del cuerpo. Tampoco se trata de ejecutar pasos sino sensaciones, por lo que es muy importante que los bailarines tuvieran contacto con los elementos, que supieran cómo se siente el cuerpo cuando toca la tierra, cuando se hunde y se enraíza el arroz. Los bailarines solo pudieron haberlo entendido experimentando este viaje”.
Rice es una alegoría del ciclo de la vida mediante el cultivo del arroz, pero no cualquiera, sino el que se produce en aquel pueblo agrícola, conocido como “la tierra del arroz del emperador”. “Hoy, cuando toda la información se ve en una pequeña pantalla, ver Rice, ese campo gigante y nosotros tan pequeños, rodeados de todos estos elementos —sudor, viento, agua, fuego— y lo que está pasando en la escena, es como volver a casa”, dijo el artista. m