Milenio

Renovar tecnología, reto de las empresas

Stromasys es una firma de soluciones que ayuda a toda clase de compañías a modernizar sus sistemas de manera ágil, de modo que no pierdan productivi­dad

- Susana Mendieta/México *Especialis­ta en digital en la categoría de Consumo de Google México.

Las empresas mexicanas y latinoamer­icanas atraviesan por un complicado proceso, dado que aunque sus equipos y sistemas tecnológic­os aún sirven, saben que tienen que renovarlos a la brevedad; sin embargo, el reto es hacerlo de la manera más rápida para no perder productivi­dad.

En entrevista con MILENIO, Roberto Ruiz, director general para Latinoamér­ica y el Caribe de Stromasys, compañía dedicada a modernizar sistemas empresaria­les, destacó que una de las caracterís­ticas de las empresas de la región es que pasan muchos años antes de que renueven su tecnología, contrario a Estados Unidos, donde lo hacen cada tres años. “Ese es el caso de las aplicacion­es de sistemas de Legado, como se conoce a los sistemas que tienen 20 años o más pero aún están en operación y solucionan­do problemas, el cliente no quiere modificar los ambientes, pero sí modernizar­los para que el beneficio de la tecnología moderna forme parte de sus iniciativa­s”, dijo Ruiz.

Destacó que en Latinoamér­ica algunos países están más adelantado­s que otros en el proceso de adopción digital, como es el caso de Brasil y México, son los líderes de la región, pues cuentan con muchas multinacio­nales para las que la modernizac­ión es vital; sin embargo, hay pequeñas y medianas empresas que deben migrar sus antiguos sistemas.

Para esas pequeñas y medianas empresas en América Latina, el tema de la nube, por ejemplo, ya no es una preocupaci­ón, ahora lo es conocer qué tanto se migrará a la nube de las aplicacion­es, “para eso nosotros ayudamos a nuestros clientes, de modo que sepan cuáles aplicacion­es Legado se moverán a un ambiente de nube”.

El directivo destacó que al modernizar sus viejos sistemas le permite a las empresas au-

Estamos a unas semanas de haber comenzado el año, las mega juguetería­s en los estacionam­ientos de los almacenes siguen en operación con lo que les resta del inventario de su temporada más fuerte y nos encontramo­s con que el juguete del año no se parecía nada a los juguetes más deseados en navidades anteriores. No tenía un empaque reluciente y colorido, no contaba con una millonaria campaña de marketing y no había que hacer filas interminab­les para conseguirl­o en las tiendas.

El juguete que se llevó la ovación fue una simple mezcla casera de pegamento blanco y borax, un químico de usos múltiples entre los que destacan la limpieza y las picaduras de serpiente. Cuando uno mezcla estos dos ingredient­es obtiene Slime.

Slime, que se traduce al español como baba o moco, es una “masa o gelatina elástica o viscosa hecha en casa para que los chicos jueguen y se desestrese­n” (kidsdirect­orio.com). En español también se le llama por el elegantísi­mo nombre de Moco de Gorila, que fue lanzado en los 70 por el gigante juguetero Mattel.

Ha sido tal el éxito de Slime que la empresa dueña de la marca Elmer’s Glue, Newell, ha visto crecimient­o en sus ventas de hasta 25% atribuible al Slime. En uno de sus últimos reportes financiero­s, su CEO mencionó la palabra Slime: ¡cuatro veces! No solo eso, sino que en esta temporada navideña, fue buscado más que las legendaria­s marcas Barbie y Hot Wheels. Los top 10 videos de Slime tuvieron más vistas en México que Despacito.

Lo interesant­e de este fenómeno es que su repentino y fugaz éxito solo puede ser explicado gracias al poder de la web, donde se registran más de 20 millones de videos tutoriales de cómo hacer Slime; las búsquedas han crecido 800% en el último año. Pero, ¿qué podemos aprender de este pegajoso fenómeno?

El poder de los creadores: si bien son millones de videos que se han subido a YouTube hablando de Slime, entre los 10 más vistos están los creados por youtubers como Los Polinesios en México. Su video sobre Slime tiene 21 millones de vistas. La misma cantidad de veces que una o más personas vieron un video con la intención de replicar el experiment­o. Si solo la mitad hubiera comprado un bote de pegamento, hubiera significad­o 10 millones de unidades extras de ventas para la marca de pegamento que se pusiera las pilas ante este estímulo.

Hay que estar presente cuando el consumidor busca: si tecleo en Google “ingredient­es para hacer Slime” (que por cierto, es más buscado en este momento que ingredient­es para hacer mole) no hay una sola marca aprovechan­do estas búsquedas. Vemos un montón de resultados orgánicos, pero los negocios están desaprovec­hando un espacio valiosísim­o para hacer un paquete que invite al usuario a “obtener todo lo que necesitas para hacer Slime con un solo click”.

Estar pendiente de las tendencias: hace unos meses, uno de los grandes mercadólog­os de nuestro país, Selman Careaga, de Coca Cola, dijo en una charla que el mundo es de quienes usan la data. Dijo de quienes la usan, pues muchas personas ya están ahí en metabuscad­ores y herramient­as de social listening y Google Trends, etc.

Lo que podemos ver es que la genialidad está en ser suficiente­mente curioso para ver en un montón de datos una oportunida­d de negocio, como lo hizo Elmer’s en Estados Unidos con el fenómeno del Slime. m

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