CAMPEÓN A LOS 55.
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Algo le pasa al Cruz Azul de Pedro Caixinha que se está acostumbrando al desorden y desequilibrio. Ayer, por tercer partido consecutivo, La Máquina fue una caricatura en su primer tiempo, solo que ahora contó con la buena fortuna de que León no estuvo nada fino. Y así, de un partido que pudo perder de manera contundente, rescató un punto de su propio estadio con la igualada sin goles.
Pero es evidente que al conjunto cruazulino le está costando en demasía adoptar el estilo que quiere Caixinha. Pues ya no resulta una casualidad que otra vez haya entrado frío a un juego, tal como le pasó con Chivas hace una semana o el martes en la Copa con Puebla.
Este aspecto debe preocuparle al portugués, pues La Máquina luce muy desequilibrada. En defensa da muchas concesiones y en ataque produce poco. Quitando el juego ante El Rebaño, Cruz Azul lleva ya dos empates sin goles en este torneo, y los dos en su estadio.
EL BAILE DEL LEÓN
Cruz Azul tuvo mucha suerte de salir ileso en el primer tiempo. Sí, porque después del tremendo baile que le puso León, el empate sin goles realmente parecía un regalo divino. Porque La Máquina fue un conjunto errante y caótico, un verdadero desastre en todas sus líneas, que solo se limitó a observar como La Fiera llegaba y fallaba, una y otra vez. Por momentos este juego se asemejó a una pelea de boxeo, en la que uno de los contendientes arrincona en las cuerdas al otro, y lo sacude a diestra y siniestra, a punto de darle el golpe de nocaut, pero por alguna extraña razón éste nunca. Pues bien, Cruz Azul fue ese oponente que se refugió en las cuerdas ante la embestida del León. Al menos cinco oportunidades le creó el conjunto de Gustavo Díaz al de Pedro Caixinha en un lapso de 20 minutos, y sencillamente no llegó el gol por la mala puntería de los atacantes de La Fiera o la prodigiosa intervención de algún elemento celeste, como fue el caso del zaguero Enzo Roco, quien en la oportunidad más clara del juego se lanzó en la línea de gol para despejar un balón que iba a las redes por parte de Elías Hernández.
Pero esta fue la apertura del sufrimiento cruzazulino, que casi de inmediato veía como Mauro Boselli y Andrés Andrade encontraban espacios en una endeble línea defensiva, que por sector derecho —en el que estaba Julio César Domínguez— tenía su punto más vulnerable.
En unas tapó José de Jesús Corona y en otras, como una que tuvo el Rifle Andrade, el balón se fue de manera dramática por un lado. Tal vez si los atacantes de La Fiera hubieran tenido mejor puntería, este juego hubiera quedado finiquitado al medio tiempo. Pero León careció de ese último toque y la mejor noticia que recibió Cruz Azul fue el silbatazo de Óscar Mejía que daba por concluido este lapso.
En el segundo tiempo ya no hubo ese dominio avasallador
que llegó a mostrar el visitante. Pedro Caixinha ordenó mejor a su equipo y empezó a adelantar más sus líneas para buscar alguna oportunidad de gol.
A los 50 minutos el portugués decidió sacar a Walter Montoya, inadvertido de nueva cuenta, y le dio entrada a Ángel Mena. Y Cruz Azul tuvo su primera jugada con cierta dosis de peligro al minuto 56, cuando Felipe Mora se encontró con una pelota en el área —a pase del Cata Domínguez— y sacó un disparo machucado que llegó hasta las manos de William Yarbrough sin ningún contratiempo.
Tres minutos después, ahora en un tiro de esquina, Julián Velázquez conectó un cabezazo, que de nuevo fue directo a las manos del portero de La Fiera. Sí, eran llegadas muy tibias, pero lo importante es que La Máquina se había sacudido el dominio del León.
Sin embargo, el conjunto esmeralda seguía a la caza y al minuto 62 estuvo cerca de abrir el marcador. Luis Montes desde la media cancha sacó un pase magistral que encontró a Elías Hernández en el área, el atacante bajó la pelota con la pierna derecha y de zurda impactó, pero para su mala suerte el disparo se fue por un lado.
Después de esta acción el juego cayó en un bache, en el que ninguno de los dos equipos logró tener claridad en sus arribos. Fue entonces que Caixinha quemó su segundo movimiento, con el ingreso de Carlos Peña por Fierro. Por aquellos instantes, un tiro libre de Francisco Silva y un cabezazo de Roco fue lo más rescatable.
La Máquina apretó en la recta final del partido. Primero Mena avisó con un disparo que salvó William Yarbrough y luego Aldrete sacó un zurdazo que se fue a un lado. El juego se consumó con un Cruz Azul buscando el tanto del triunfo, mientras que La Fiera pareció dar por bueno el punto que se llevaba del Estadio Azul.
Y sí, al final se repartieron los puntos. León mantiene el invicto y Cruz Azul también, pero mientras La Fiera muestra una idea clara de juego, La Máquina luce inmersa en sus dudas que la hacen colapsar en los primeros lapsos y que le ha valido no poder marcar aún en su casa. Tal vez el reset que pedía Caixinha en la previa de este juego, no ha sido del todo entendido por su equipo.