Milenio

EQUIPO DE UN TIEMPO

En los tres juegos de Liga Mx, más los dos de Copa, Cruz Azul ha dado primeras partes de pesadilla, en las que sus rivales lo han exhibido; solo en una ocasión, La Máquina se sobrepuso positivame­nte

- Montserrat Téllez/ Ciudad de México LA

Aquí hay de dos sopas: o los jugadores de Cruz Azul no entienden el método de su entrenador Pedro Caixinha o no le quieren hacer caso. A esta testarudez, el estratega portugués ya le encontró un diagnóstic­o: bipolarida­d. Esa es la palabra que define a los celestes en sus últimas actuacione­s en Liga Mx , al ser uno de los cuadros que muestran una cara terrible en los primeros 45 minutos y en el descanso parece que les cambian el chip y son otros para encarar el complement­o.

Y es que el fin de semana, otra primera parte de espanto fue la que ofreció Cruz Azul ante León. Todo estaba de cabeza en el esquema inicial de Caixinha: Rafael Baca no sabía si ser un enganche o contención; Walter Montoya divagó entre ser extremo o media punta; Carlos Fierro se olvidó de su labor de anotador y alejó el ataque esmeralda, mientras que Julio César Domínguez improvisó en el lateral derecho.

Ese sector de la cancha fue el punto más débil de Cruz Azul. Parecía una avenida sin tránsito y de forma libre, León llegó en cinco ocasiones claras de gol; el único que evitó la debacle cementera fue su capitán, Jesús Corona.

El entrenador portugués reconoció que este sistema no le funcionó y en el complement­o tuvo que regresar a un 4-3-3 para intentar parar los embates de La Fiera y, a su vez, buscar el gol. Con jugadas tibias, algunas de ellas con inyección peligrosa, fue como el cuadro celeste se sacudió el dominio que su rival había ganado en tan solo 15 minutos de la primera parte. Al final, León dio por bueno el punto que sacaría del estadio Azul, mientras que los cementeros tuvieron otra decepción en casa sin marcar gol.

Pedro Caixinha no encuentra el once ideal, lo que sí reconoció es que su equipo sufre de una gran bipolarida­d de la que dijo la tiene identifica­da. “En este momento no tengo la solución, pero con los jugadores la vamos a encontrar. Me preocuparí­a si hubiera bipolarida­d sin puntos, pero es importante mantener la portería en cero y lo hemos conseguido en dos partidos”, explicó el sábado pasado en conferenci­a.

Las lesiones, en este caso de Martín Rodríguez por un edema en el pie; o la baja de Édgar Méndez, suspendido hasta la Jornada 6, aunado a la nula adaptación de Walter Montoya y Carlos Peña podrían ser un factor que propicie las malas actuacione­s del conjunto celeste en los primeros episodios, pero no pueden tomarse como pretexto de cara al futuro. El reset del que hablaba Caixinha debe llegar lo más pronto posible, de lo contrario, se espera un nuevo torneo de angustia celeste.

DOMINARON POR CAUSA AJENA

En la fecha 1 contra Tijuana, Cruz Azul tuvo el control en el primer tiempo, pero esto se dio más por los espacios que Xolos le dio, que por el atrevimien­to de La Máquina. Solo dos oportunida­des tuvieron los azules gracias a Felipe Mora y Rafael Baca. Tijuana estuvo a punto de arruinarle la tarde con una oportunida­d de oro de Michael Orozco que desperdici­ó frente al arco. El guión no cambió para la segunda parte, Cruz Azul adelantó líneas, pero la inercia del partido fue decayendo y se convirtió en el enemigo de ambos equipos.

Días después, ante Alebrijes en la Copa, La Máquina tuvo el control otra vez. El margen de error en coberturas era mínimo, pero la puntería en el tramo final no estuvo de su lado. Para la segunda mitad, Alebrijes apretó y distrajo a los cementeros, quienes fallaron en la marca de Martín Zúñiga para dejar los tres puntos en el Tecnológic­o de Oaxaca.

SOLO LES FUNCIONÓ UNA VEZ

De los cinco partidos, entre Copa y Liga, que Cruz Azul ha encarado el único del que ha sabido sobreponer­se fue contra Chivas en la Jornada 2.

En aquél duelo, Caixinha mandó a cuatro elementos al ataque; sin embargo, Chivas, con muy poco, despedazo al cuadro celeste en la ofensiva. Rodolfo Pizarro fue quien más se dedicó a propinarle un baile a la defensa, pero todo se vio reflejado hasta el 34’ con un gol de palomita de Carlos Cisneros. Con la mínima desventaja, La Máquina hizo modificaci­ones para tener más el balón con la entrada de Carlos Peña y Víctor Zúñiga; fue así como remontó de gran manera para terminar con la victoria por 1-3.

Sin embargo, cuatro días después no pudo repetir la hazaña contra Puebla en la Copa Mx y cayó de nuevo en una agonía, de la que ya no pudo componerse. La fragilidad de sus primeros tiempos le costó irse con una desventaja de tres goles al descanso; en los 45 minutos restantes, intentó componer el partido. A dos minutos de reiniciar, Jordan Silva descontó; parecía ser el inicio de la remontada, pero el tiempo no les alcanzó a los celestes, que ahora tienen comprometi­do su boleto a la siguiente fase de la Copa.

Hay algo que Pedro Caixinha tiene muy claro: su equipo está regalando tiempos, espacios y puntos. Su panorama actual es que están contra las cuerdas en el torneo copero; mientras que en la Liga, aunque no han dejado de sumar, su trastorno de bipolarida­d les puede pasar factura a largo plazo.

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