EL FACTOR HARRISON
El head coach Bill Belichick es un genio para seleccionar a sus jugadores, y la última muestra es el linebacker, que fue contratado a finales de diciembre
Muy pocas de las cosas que logran los Patriotas son obra de la casualidad. La gran mayoría son resultado de mucho trabajo, no solo en los entrenamientos o en el gimnasio o en el salón de videos donde revisan jugadas, sino de un estudio de parte del staff de coacheo de los jugadores que tienen y los que podrían, en un momento dado, ser la diferencia en un juego en especial. Y el último ejemplo de eso es James Harrison.
A finales de diciembre los Patriotas sorprendieron cuando contrataron al linebacker de 39 años de edad que había sido liberado por Pittsburgh. ¿Para qué lo quieren? ¿Cuánto puede aportar un jugador que solo había participado en 40 jugadas en 14 juegos con los Acereros?
Pues su llegada tenía un objetivo. Seguramente Bill Belichick pidió que lo contrataran pensando en que él podía serle sumamente útil antes y durante el hipotético enfrentamiento contra Pittsburgh en la Final de la Conferencia Americana, ya que conocía a la perfección a los Acereros, sus virtudes y defectos, su playbook y todos los detalles de lo que gustan hacer los coaches. Ese duelo no se dio pero de igual manera, Harrison se convirtió en una pieza clave.
El equipo mostró que confía en él y él les ha respondido. El domingo estuvo en el campo en 32 de las 74 jugadas que tuvo la defensiva, pero en dos de ellas contó con una participación que cambió el desenlace.
Era el último cuarto, Jacksonville estaba en la yarda 38 de los Pats con 2 y 10. Harrison estaba alineado en el lado derecho de la formación defensiva, salió a toda velocidad, se quitó al tacle Cam Robinson y le llegó al quarterback, Blake Bortles, provocando un fumble que recuperaría Jaguares, pero en la yarda 47. Ahí cambió todo. Siguió una tercera oportunidad y 19 en el drive donde tenían que anotar para darle la vuelta al marcador. Luego de un pase de cuatro yardas, llegó la última oportunidad. Harrison volvió a dejar atrás a Robinson y, aunque no le llegó al quarterback, hizo que tuviera que moverse, y corriendo hacia adelante, lanzó el pase que fue incompleto.
Dos jugadas en las que el veterano cambió la historia a favor de su equipo y ahora estará de nuevo en un Super Bowl.
“Se siente muy bien, y como lo he dicho, todo esto es parte del plan de Dios”, comentó Harrison. “Ahora solo estoy recibiendo el pago del trabajo que hice”.
James ha estado en el campo en 89 de las 200 jugadas en las que pudo haber participado con los Pats desde que firmó con ellos el 26 de diciembre. O sea, el 44.5 por ciento. Normalmente lo usan en la defensiva base, pero les ha funcionado en la parte final de los juegos, donde presiona a los quarterbacks al enfrentar más situaciones obvias de pase. Y su experiencia se ha combinado de manera perfecta con los ajustes de su staff de coacheo.
“Pensamos que iban a mandar más jugadas por tierra, pero (los Jaguares) mezclaron muy bien su ataque en la primera mitad y no hicimos un buen trabajo en la segunda”, comentó. “Pero en la segunda lo hicimos mucho mejor, jugamos mejor”.
Y el que tuviera tan buenos resultados tampoco fue obra de la casualidad. Al ver el enfrentamiento que tendría, los coaches se dieron cuenta que tenían todo para ganar. En esas dos jugadas en las que le llegó al quarterback el encargado de cubrirlo fue el tacle novato de 22 años de edad. En un juego de esta presión, la experiencia pesa demasiado y puede ser la diferencia, como lo fue Harrison.