El lobby que viaja en tren a Montreal
Para asegurar que un nuevo TLCAN se pueda construir sobre el éxito de su predecesor, y los ferrocarriles puedan continuar operando y creciendo de acuerdo con las demandas de la economía norteamericana, solicitamos que las negociaciones reconozcan el papel que desempeñan los ferrocarriles para facilitar el comercio”. Así arranca una carta que los presidentes de las asociaciones de ferrocarriles de México, Estados Unidos y Canadá le enviaron a las cabezas de las negociaciones del tratado.
No es la primera vez que este colectivo ferroviario se une para presentarse como un frente compacto que es central en la logística del mayor bloque económico del mundo.
Edward R. Hamberger, por la Asociación de Ferrocarriles Americanos; Gérald Gauthier, de la Asociación Ferroviaria de Canadá, junto con Iker de Luisa Plazas, director general de la Asociación Mexicana de Ferrocarriles, mandaron una serie de datos contundentes sobre la importancia que tuvo en estos 23 años la red ferroviaria regional (que de hecho es la más importante a escala mundial).
Desde que se implementó el TLC, solo entre nuestro país y EU se cuadruplicó el comercio mientras que en el caso específico de la agricultura se quintuplicaron los intercambios.
En el caso de México, cada año intercambiamos más de 1 millón de carros ferroviarios con EU a través de siete puntos fronterizos. Además, 13 de los principales puertos del país tienen reciben trenes, siendo los de mayor volumen Veracruz (granos y autos), Manzanillo (contenedores), Lázaro Cárdenas (minerales), Coatzacoalcos (petroquímica básica) y Altamira (petroquímica secundaria). La carga ferroviaria se triplicó desde 1998 a 2016 (medida en tonelada/km) lo que nos coloca como el lugar 11 en carga ferroviaria transportada a escala mundial, según el último informe de OCDE International Transport Forum.
La red ferroviaria de EU también tiene su peso específico: 42 por ciento de los carros del país están dedicados a comercio internacional y esto equivale a 35 por ciento de las ganancias anuales de las empresas del sector, del que dependen 50 mil empleos directos según la Association of American Railroads. Un ejemplo binacional es Kansas City Southern (KCS) y su subsidiaria local KCS de México. Para la primera, alrededor de 60 por ciento de su tráfico transfronterizo se mueve hacia el sur, sobre todo para envíos de autopartes, granos, productos alimenticios, acero, papel y maquinaria industrial. Para la filial mexicana 40 por ciento del tráfico es hacia EU.
En el caso de Canadá, 30 por ciento de los ingresos de los ferrocarriles dependen de su comercio transfronterizo, de los cuales 60 a 70 por ciento son exportaciones a EU.
Hace unas horas comenzó la sexta ronda de renegociación del tratado en Canadá con un socio estratégico para mantener el bloque unido: los trenes.