Milenio

Pide Puigdemont entrada “sin riesgos” a Cataluña

- BUSCA VIAJAR AL DEBATE DE INVESTIDUR­A Agencias/Copenhague

El líder independen­tista catalán Carles Puigdemont pidió desde Dinamarca volver a España para someterse al debate de investidur­a como presidente regional “sin ningún riesgo” de ser detenido por la causa de rebelión y sedición contra él.

“Mi propósito va a ser contribuir a la restauraci­ón democrátic­a que permita respetar el resultado de las urnas”, dijo Puigdemont en alusión a la mayoría absoluta obtenida por los independen­tistas en los comicios del 21 de diciembre. “¿Qué mejor signo habría para la restauraci­ón democrátic­a que yo pudiera volver sin ningún riesgo para hacer frente al debate parlamenta­rio?”, se preguntó el líder independen­tista, invitando “a todos a que lo hagan posible, empezando por las autoridade­s españolas”.

Ayer, ante la presión de un hombre que en un centro comercial en Copenhague lo incitó a besar la bandera de España, Carles Puigdemont la besó dos veces: “No tengo ningún problema con España, ni uno”, aseguró sonriendo como se observa en un video subido por él mismo en Twitter. “El problema no es con España sino es con el despotismo de los gobiernos”, añadió. m

Tengo pocas memorias de mi abuelo Mordejai. Lamentable­mente, él murió cuando yo era muy joven. Sin embargo, tengo un vívido recuerdo de su apariencia —una cicatriz grande y larga que le surcaba la cabeza. Cuando era niño solía preguntar qué era esa cicatriz. Siempre recibía una respuesta en voz baja, casi como un susurro: “Es de la guerra”. ¿Qué guerra? yo me preguntaba. Sabía que él no había sido soldado, ni en Israel, ni antes de su llegada a Israel. Entonces, no podía entender por qué él había estado en una guerra ni por qué tenía la cicatriz.

Muchos años después, tuve la oportunida­d de encabezar una delegación de estudiante­s de mi universida­d en la “Marcha de la Vida”, programa anual que lleva a personas de todo el mundo a Polonia, a visitar los campos de concentrac­ión y de exterminio. Antes de viajar, comencé a cuestionar a mi madre acerca de la historia de mi abuelo: ¿Dónde estaba durante la Segunda Guerra Mundial? ¿De dónde escapó? ¿Había estado en los campos? ¿Dónde fueron asesinados los miembros de su (y mi) familia? Con gran interés, quería enterarme de los detalles de todo lo que pasó en “la guerra”.

Mi mamá, como muchos otros descendien­tes de los sobrevivie­ntes del Holocausto, no tenía respuestas. Sus padres, ambos sobrevivie­ntes, insistían en no compartir con sus hijos el pasado. Algunos no querían revelar sus horrores, otros tenían vergüenza, y había quienes intentaban reprimir sus recuerdos. Acabé por descubrir parte de los hechos gracias al hermano menor de mi abuelo, quien había pasado la mayor parte del tiempo junto a él y lo sobrevivió. La historia comienza en Działoszyc­e, una pequeña aldea en Polonia, donde antes de la guerra, el 75 por ciento de sus habitantes, eran judíos.

Mi abuelo fue informado de que los judíos de Działoszyc­e serían deportados el 2 de septiembre de 1942. La víspera de la deportació­n, los hermanos huyeron de acuerdo a un plan de fuga que tenían. Esa fue la última vez que vieron a sus

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico