La mujer y el Oscar
Por qué no nominaron a la Mujer maravilla?”, explotaron varios después de que se dieron a conocer las nominaciones del Oscar en su edición 90. Es verdad que podría haber entrado como la décima película. Es cierto que para muchos fue la mejor película de superhéroes en años (a mí me gustó más Logan). Es real que el tema del empoderamiento de la mujer es, sin duda, relevante y tema preponderante en la industria (y la vida) estos días. Pero también es verdad que no es ni una propuesta nueva y también es cierto que en un año donde hay una variedad tan profunda y maravillosa de historias, no creo que nos haríamos ningún favor solo nominándola por el hecho de que al fin se dignaron a hacer una cinta (muy buena, sin duda) de una súper heroína.
Y así es como regresamos a la felicidad por la falta de tintes políticos que tiene La forma del agua con sus 13 extraordinariamente bien ganadas nominaciones. Si bien es cierto que es creación de un mexicano, ese no es el factor, en absoluto, para reconocer su extraordinaria calidad. Aunque lo que sí es verdad es que la calidez de Guillermo del Toro, su manera de representar el amor a través de esa historia tuvo que haber salido de algún lado. Sé que en Jalisco celebran y con toda la razón del mundo tener semejante hijo pródigo. Pero también sé que si la cinta hubiera sido hecha por un australiano o un polaco hubiera causado las mismas reacciones alrededor del mundo y con los votantes de la Academia.
Amé Lady Bird de Greta Gerwig, verdaderamente me gustó. Es una nueva forma de explorar temas que siempre estamos tratando de entender: en este caso el difícil transitar por la adolescencia. Y me encanta que no tengan que mencionar a puros hombres en la categoría de Mejor Director, como bien acotó Natalie Portman en Los Globos de Oro. ¿Pero sacar a Steven Spielberg (The Post) o incluso a Martin McDonagh (Tres anuncios por un crimen) para poder decir con orgullo en tantos titulares que “una mujer había sido nominada por quinta vez como directora”? Perdón, ya no debería siquiera ser tema. Debería ser, como lo fue el año pasado con #OscarSoWhite un tema que arreglar en la industria, no en una premiación.
Leyendo a los medios profesionales de cine estadunidenses me sorprende mucho que celebren tanto el hecho que se nomine a una mujer, más allá de considerar que su trabajo es el mejor. Lo políticamente correcto ha decidido muchas cosas que no debería, y sí, en este caso la opinión sobre quien debería ser premiado, cuando el único criterio que debería importar es el cine.
Una vez dicho esto, es hora que más mujeres tomen el control de esas producciones. Y quizás esa podría ser la verdadera ganancia de un movimiento así, equidad de oportunidades. No condescendencia por género. Créanme señores, conozco unas mentes femeninas que en cuanto se penetre ese Club de Toby los dejarán sin saber que fue lo que pasó. ¿Le pusieron Los oscuros secretos del Pentágono a The Post de Steven Spielberg?