Milenio

Espera reencontra­rse

Cecilio Domínguez buscará recuperar su mejor versión como jugador, misma que le permita ganarse un puesto titular con las Águilas en el actual torneo

- Higinio Robles León/ Ciudad de México

De Cecilio Domínguez se dijeron muchas cosas buenas cuando llegó como refuerzo para el América en enero del año pasado, tantas que hubo un momento en el que el halago pudo hacerle daño. Todos esos piropos se desplomaro­n el torneo anterior, cuando el futbolista paraguayo tuvo una baja de juego evidente y perdió peso en el equipo.

El último buen juego que se le recuerda a Domínguez fue el partido contra Pumas, pero no el del pasado domingo, sino el del Apertura 2017. Ese 5 de agosto del año pasado, el guaraní marcó el segundo gol con el que América venció a Universida­d por 2-1. Un penal a lo Panenka después de cantarle al portero Alfredo Saldívar que lo cobraría de ese modo. Un tiro que demanda osadía y mucha confianza.

Eran los mejores momentos de Cecilio, porque una jornada antes había marcado un doblete. Se esperaba y se pensaba, que el paraguayo fuera uno de los líderes del equipo, había optimismo en ello, más cuando Miguel Herrera había dicho que confiaba en que sería un líder del equipo. En aquellas fechas se llegó a decir en distintos foros que pintaba para ser un nuevo ídolo en el cuadro de Coapa.

Pero algo pasó, después de ese partido, el desempeño de Cecilio fue a menos, su peso en el volumen de juego del equipo ya no fue el mismo, de hecho empezó a salir de la foto inicial y hubo un momento en el que Diego Lainez le ganó el terreno en el cuadro titular. Y en la recta final del Apertura 2017 una lesión le impidió tener minutos en la Liguilla. Fue la promesa incumplida.

Arrancó 2018 y mucho se habló de que sería uno de los jugadores que dejarían el club; Miguel Herrera tenía claro que necesitaba fortalecer su ataque, pidió jugadores para ello, así que todo indicaba que entre los damnificad­os estaría Cecilio, pero la directiva tenía claro que no lo dejarían ir por cualquier cifra. Ofertas concretas no hubo, algunas preguntas sobre su situación sí, pero su alto salario y el precio en el que fue tasado dificultar­on cualquier posibilida­d de emigrar.

Si bien la puerta no se ha cerrado, luce complicado que en estos días llegue alguna oferta que seduzca no solo a la directiva, sino al propio jugador. Todo apunta a que seguirá en la disciplina azulcrema y tendrá que pelear por ganar minutos.

El domingo pasado, el paraguayo volvió al cuadro titular; el Piojo echó mano de él para la visita a Ciudad Universita­ria, un campo y un rival que le sientan bien. En el Clausura 2018 apenas acumulaba 17 minutos hasta antes del juego con Pumas. En las primeras dos jornadas estuvo en el banco. Ante Universida­d, Herrera lo situó en la banda izquierda, esa zona en la que puede ser desequilib­rante en el mano a mano, cortado hacia dentro y tirando a gol.

Cecilio se mostró voluntario­so, fue el primero en tener una ocasión clara que le atajó Alfredo Saldívar. Ganó un par de duelos individual­es a su marcador (Josecarlos Van Rankin) y probó un par de ocasiones de media distancia. Con el ingreso de Andrés Ibargüen pasó a jugar por la derecha y salió de cambio tras la expulsión a Mateus Uribe. En resumen, fue de los más activos por las Águilas en el primero de los clásicos del torneo.

Esos 89 minutos le devolviero­n la sonrisa y aumentaron su confianza, Cecilio dice sentirse bien y desea recuperar las mejores sensacione­s, añade que ha despejado la cabeza y que ahora ni el elogio lo marea ni la crítica lo debilita.

TRES MESES DESPUÉS

Pasaron 90 días para que Cecilio Domínguez volviera al cuadro titular. El delantero paraguayo valoró la confianza que recibió del entrenador, dijo sentirse “feliz por volver a jugar de inicio, un jugador trabaja para estar entre los once. Eso motiva para seguir, creemos que no solo tiene que ser un partido, que se tiene que ser regular todo el torneo y estamos trabajado para eso”.

Domínguez habló de esos rumores que lo situaban fuera del club en las últimas semanas. “No pienso mucho en mi salida ni en nada de eso, me debo al América y trabajo para darle lo mejor al equipo, al club y no pienso en otra cosa. Mi objetivo es jugar, quiero jugar, hoy estoy acá en América y me debo a ello; voy a dar todo de mí, trabajar al cien y si no me toca jugar desde donde me toque y apoyar a mis compañeros”, dijo.

El paraguayo ha optado por no hablar demás, quiere centrarse en el campo, alejarse del entorno tanto de lo bueno como lo malo, enfocarse en encontrar su mejor forma futbolísti­ca y no escuchar lo que se habla de él, porque en algún momento, admite, eso hace daño en la mente del jugador.

“Cuando llegué al América pensé en eso justamente; en toda la gente que habla mucho, cuando comencé sí podía llevar bien las cosas, pero después era muy fuerte lo que se decía y en este torneo me mentalicé en no hablar mucho, estoy trabajando en eso también. No me preocupa nada más que lo de dentro de la cancha. Últimament­e no estoy viendo nada de las redes sociales, de lo que digan o no digan, ni de la televisión, porque se mete mucho en la cabeza de uno. El partido pasado jugué de inicio y me mentalicé para no solta gran club

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Cecilio Domínguez (d) disputa el balón con
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El paraguayo en la práctica de ayer

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