El derrumbe del PRI…
En 2000, cuando Fox sacó al PRI de Los Pinos, lo hizo de manera literal: el PRI salió de Los Pinos. Pero solo de ahí. Porque el PRI se quedó en la Secretaría de Hacienda, el Banco de México. Y también en Veracruz, Puebla, Nuevo León, Chihuahua, Quintana Roo, Hidalgo, Tlaxcala, Coahuila, Colima, Tabasco, Tamaulipas, Campeche… En fin, en casi todo el país. Más, su gran presencia en el Congreso y la Suprema Corte.
Quedó, sobre todo, intacto el núcleo duro del Grupo Atlacomulco, desde donde se inició la reconquista, que culminó con el triunfo de Peña Nieto en 2012, el Pacto Peña-Calderón y el Pacto por México que incluyó al PRD. Con estos acuerdos el PRI recuperó todo el poder.
Así que, Fox y Calderón administraron, pero no gobernaron. Nunca transformaron. Fue la historia de una alternancia aparente. Una alternancia fallida: cuyo resultado lógico fue la consolidación del PRIAN.
Pero todo dura hasta que se acaba y el ciclo del PRI ha terminado:
Su dominio cultural ha sido desplazado por la tecnología y la globalización. Además, los nietos de don Plutarco han resultado tontos, ineficientes, corruptos y cobardes. No garantizan nada para nadie.
Tanto el gobierno federal, como sus representantes locales, ni siquiera son capaces de distribuir con eficiencia unas cuantas tarjetas de débito entre los damnificados del sismo. Todo se lo roban. Además, las amenazas y payasadas de Trump los han hecho ver minúsculos, asustados, confundidos, sin recursos ni argumentos ni, desde luego, agallas para responderle.
Al candidato Meade se le ve deambular por la República solo. Encorvado, por el peso de las culpas y las docenas de inútiles asesores. El último de los cuales dispara proyectiles rusos que salen por la culata. Al solitario Meade pocos lo toman en serio. Se quedó en el peor de los mundos: sin lograr ser el honesto candidato ciudadano. Y sí, como un tecnócrata despistado, rodeado de feos dinosaurios ensangrentados.
Súmele el incendio en Chihuahua y Chiapas, la guerra entre cárteles en Guerrero, Michoacán, Tamaulipas, Veracruz, Colima y Sinaloa. La insurgencia magisterial en Chiapas, Oaxaca y Michoacán. El desastre de inseguridad en el Valle de México y ya tiene un pálido panorama de la negra noche que le viene encima al cómplice honrado. Lo dicho, la debacle de Meade, del Grupo Atlacomulco y del PRI está cantada. M