Milenio

Nicanor será vecino de Neruda y Huidobro

La familia pidió cambiar la música sacra de la Catedral de Santiago por canciones de Violeta

- SERÁ SEPULTADO EN SU CASA DE LAS CRUCES EFE/Santiago de Chile

En la Catedral Metropolit­ana de Santiago son velados desde ayer los restos de Nicanor Parra. El féretro con el cuerpo del creador de la antipoesía llegó al templo católico poco antes del mediodía, y el velatorio estará abierto al público hasta las 21:00 de hoy jueves para que reciba el homenaje de la gente de a pie, en la que arraigó su desconcert­ante obra desde que hace más de 60 años decidió bajar a los poetas del Olimpo.

Llegó hasta el lugar la presidenta Michelle Bachelet, quien se ubicó en primera fila, junto al nieto del poeta, Cristóbal Ugarte, y frente al ataúd que estaba cubierto por un telar tejido por su madre, Clara Sandoval. El clásico mensaje del antipoeta, “Voy y vuelvo”, fue puesto sobre su ataúd.

Jorge Edwards también se dejó ver durante una misa. “Me despido de un gran escritor pero también de un viejo amigo. Podría escribir un libro entero de nuestra vieja amistad, pero no sé si me dé el tiempo”, dijo el primero.

El presidente electo, Sebastián Piñera, también estuvo en la Catedral.

Posteriorm­ente las puertas del recinto se abrieron para que el público diera el último adiós a Parra. Desde temprano llegó gente hasta la Plaza de Armas de Santiago para esperar su turno, sin importar las altas temperatur­as. En el interior de la iglesia, miembros de la familia Parra interpreta­ron canciones de Violeta Parra, uno de los deseos del fallecido.

Hace mucho tiempo, Parra acuñó la frase “soy ateo, gracias a Dios”, y toda su creación está matizada de alusiones irónicas a la religión. Su muerte ha cambiado la situación: al anochecer del martes, en la casa del sector de La Reina donde falleció, hubo un responso a cargo del sacerdote

A la ceremonia religiosa asistieron la presidenta Bachelet y el mandatario electo, Sebastián Piñera

y crítico literario José Miguel Ibáñez Langlois (Ignacio Valente).

El velatorio en la Catedral, según ha trascendid­o, fue producto de un acuerdo entre autoridade­s y la familia del poeta. “Es importante que Chile pueda despedirse de él, que vaya toda la gente sin importar de donde venga”, dijo hoy Isabel Solero Parra, hija de Catalina Parra y nieta de Nicanor.

El cortejo tardó más de una hora en el trayecto entre su casa de La Reina y la Catedral Metropolit­ana.

A la llegada, se produjo un pequeño incidente, pues a la familia no le gustó la música sacra que sonaba en el templo. “Queremos música de Violeta Parra. Si no, nos vamos”, reclamó Colombina, hija del extinto autor. Su deseo fue acogido de inmediato.

Hoy los restos de Parra serán llevados a Las Cruces, al suroeste de Santiago, para ser sepultados en la que fue su casa por más de 20 años.

La Municipali­dad de El Tabo, comuna a la que pertenece Las Cruces, anunció en un comunicado que, por decisión de la familia, se oficiará una misa privada en la parroquia del pueblo. Después su cuerpo será enterrado en su casa de Las Cruces, como fue su último deseo, en una ceremonia con sus más cercanos.

En Las Cruces, Parra tenía un catalejo con el que, desde su casa, solía observar, hacia el norte, la casa y la tumba de Pablo Neruda, en la vecina Isla Negra, y hacia el sur, la casa y tumba de Vicente Huidobro, sobre un cerro de Cartagena. Ahora él descansará entre ambos. m

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