La violencia, parte de la tradición del norte: Miguel Tapia
El escritor recrea personajes comunes que abren los ojos a una cotidianidad terrible
La infancia y juventud de Miguel Tapia (1972) transcurrió en Culiacán, Sinaloa, en un ambiente que le permitió conocer muchos escenarios de la violencia cotidiana. Así escribió Los ríos errantes (Ediciones Era, 2017). “Me interesaba mostrar este clima de violencia, de corrupción e impunidad, pero desde una perspectiva que es la que vivimos todos y la manera en que se va convirtiendo en algo natural en nuestras vidas”, dice el autor a MILENIO.
Lo anterior, dice el escritor, es aceptado y hasta sin ser cuestionado. La trama de su primera novela aborda cómo es, para un personaje que nace y crece en este entorno, despertar a esta realidad, que ve como algo normal y termina convirtiéndose en algo que lo puede destruir. “Trato de mostrar personajes comunes, que no son héroes ni antihéroes, quienes en un momento dado despiertan a esa realidad terrible. Son exhibidos a través de su experiencia cotidiana, tratando de reflejar cómo transcurre su vida, entre lo cotidiano y lo caótico”, cuenta Tapia.
El protagonista es un adolescente que intenta hacer una vida normal en una ciudad del norte, que vive la violencia como un rumor de fondo hasta que lo alcanza y se enfrenta a la brutal realidad, “que le pone en cara la idea de que no es libre, ya que hay fuerzas que deciden sobre lo que sucede en ese comunidad. “Es una experiencia que viví en algún momento y que siento que sigue en la ciudad en la que yo