El amor es una fábula
Call me by your name cuenta la libertad para elegir o escoger tu vida amorosa, sensual o de aventuras, con quien quieras, sin importar el sexo. El filme de Luca Guadagnino destaca por esos principios. Por eso todos los que vemos la película quedamos asombrados. Y más: nadie pone peros a una historia de iniciación sexual entre un adolescente y un hombre mayor. Para estos días del “amor y la amistad” es una cinta imprescindible.
La suerte y el paraíso que vive Elio al tener los padres del filme —cultos, educados y de clase social alta— la quisieran adolescentes que despiertan en su sexualidad de forma diferente a la del mundo heterosexual. Una vida casi inverosímil —o excepcional— frente a los libros de historia y literatura donde los destinos y la realidad de escritores, mandatarios, pintores, dramaturgos o simplemente mortales dispuestos a vivir su diversidad sexual van de atormentados a tragedias donde la muerte se asoma...
Hermosa historia logra el director bajo el guión de James Ivory, el mismo que llevó a la pantalla la novela de J. M. Forster, Maurice. Parecería una continuación de aquellas vicisitudes que los personajes de Forster vivieron en Inglaterra, con prejuicios y tabúes contra la homosexualidad. En los 80 —antes del sida—, los personajes son abiertos sin decir una palabra de lo que pasa bajo las sábanas de un adolescente y un hombre maduro que enseña a Elio a descubrir aquella sexualidad que lo hace feliz.
El “día del amor y la amistad” debería ser pretexto para abrir las puertas de la conciencia a la libertad que existe en cada ser humano para amar con quien le plazca sin más intervención que el otro, objeto del deseo. Nadie más. Quien no lo entienda así, vaya a la exposición del Museo Memoria y Tolerancia a ver lo que muestra LGBT+. Identidad, amor y sexualidad. Para desquebrajar pensamientos obtusos contra la Declaración Universal de Derechos Humanos: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”. Lo que no pasa en la mayor parte del mundo.
A pesar de lo escrito, me atrevo a decir que es difícil creer en el amor libre en las sociedades actuales; como bien cantaba César Costa en los 60: “No, no existe el amor, es tan solo una fábula…”. Por eso importan filmes como Call me by your name, para decirnos que es posible, eventualmente, la realización a partir de un deseo amoroso. Elio nunca volverá a ser el mismo después de su historia con Oliver. TRASPIÉ: Felicidades a quienes —por ser gays— incursionan en la política. Bastaría con que sean buenos políticos —sin necesidad de ser gays—. Veremos…