El secreto profesional se basa en la confianza depositada en quien difundirá la información
Así como un buen mago jamás revela sus secretos, un buen periodista tampoco debe revelar sus fuentes, y mucho menos está obligado a rendir testimonio ante una autoridad penal sobre la información que le han confiado; así pues, el periodista goza del derecho al secreto profesional, ya consagrado en la Constitución de la Ciudad de México.
Lo anterior por lo trascendido la semana pasada, en el que el Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel), en la denuncia penal que presentó contra la empresa Tecnoradio por el presunto fraude en que incurrió en la licitación IFT-4, señaló como testigos a los periodistas Joaquín López-Dóriga y Javier Tejado.
El secreto profesional se basa en la confianza depositada en el periodista que difundirá la información, y que a veces es tan delicada o valiosa que puede poner en riesgo no solo la vida del informante, sino también la del periodista.
Si no existiese el secreto profesional no habría revelaciones sobre corrupción o la comisión de otros delitos que se mantienen ocultos, y que en ejercicio del derecho a la información los periodistas investigan y dan a conocer, como ocurrió con el caso Tecnoradio.
Parece que quien formuló la denuncia penal desconoce que jurídicamente “es inadmisible el testimonio de personas que respecto del objeto de su declaración, tengan el deber de guardar secreto con motivo del conocimiento que tengan de los hechos en razón del oficio o profesión”, según el Código Nacional de Procedimientos Penales, criterio reiterado en tesis judicial.
Así, hay una gran diferencia entre señalar a los periodistas como testigos frente a la manifestación de que solo se “aportó copia de las notas periodísticas que daban cuenta de la posible ilicitud en que habría incurrido Tecnoradio”, como lo aclaró el Ifetel.
Desde el año 2000 se anunció el potencial que tenía para servicios móviles la banda 2.5 gigahercios; fue hasta 2008 que se autorizó modificar su uso para los nuevos servicios, y será hasta 10 años después que iniciará el proceso de licitación. Ojalá que esta licitación atraiga nuevos participantes al sector, y que los operadores actuales de servicios móviles que aún no cuentan con espectro en dicha banda queden dentro de los 120 megahercios por licitar, a fin de emparejar la competencia con el agente económico preponderante que ya cuenta con una participación de 60 megahercios en la codiciada banda 2.5.
Hoy inicia un nuevo formato de contenidos en Televisa: los superdramas, y así seguir evolucionando la televisión abierta en México. m