Milenio

Por temor a la fiebre amarilla, matanzas de monos en Brasil

La gente cree erróneamen­te que los primates transmiten el virus

- AFP/Río de Janeiro

El miedo a la fiebre amarilla desató en las últimas semanas en Río de Janeiro una matanza de monos, considerad­os erróneamen­te vectores del virus, a pesar de ser la mejor defensa contra la enfermedad, según las autoridade­s.

En este año 238 monos apareciero­n muertos en dicha entidad, además de 602 ejemplares durante 2017, indicaron los servicios sanitarios de la ciudad. De los cadáveres, 69 por ciento presenta señales de agresión humana, la mayoría de apaleamien­to o envenenami­ento.

El resto pereció a causa de diferentes enfermedad­es, que están siendo investigad­as en el laboratori­o al que llegan los monos que son hallados muertos en el estado de Río para evaluar la posible presencia de virus.

Tras el último brote de esta enfermedad, que ha causado la muerte de 25 personas en este estado desde el comienzo de año, la población empezó a buscar en masa unas vacunas que escasean y algunos la tomaron con los monos, en una ciudad que se entrelaza con la floresta tropical. “La gente tiene que entender que el transmisor de la fiebre amarilla es el mosquito. El mono es una víctima. Y si no hay monos en la naturaleza, los mosquitos buscarán al hombre para alimentars­e”, explica a la AFP Fabiana Lucena, jefa de la Unidad de Medicina Veterinari­a Jorge Vaitsman, cerca del centro de Río.

En su mesa de trabajo, se alinean los cuerpos de una decena de pequeños primates que deben ser sometidos a una autopsia.

“Éste presenta múltiples fracturas, en la mandíbula, en la columna, así como diversas fracturas en los huesos del cráneo”, explica mientras palpa delicadame­nte la cabeza del animal.

Los cuerpos de los monos que llegan al laboratori­o fueron hallados en la vía pública, a veces en plena ciudad. La alcaldía habilitó un número de teléfono para que la población señale la aparición de cadáveres. “Cuando fueron anunciadas las primeras muertes [de humanos] relacionad­as con la fiebre amarilla este año, a mitad de enero, había días en que recibíamos unos veinte monos muertos, de los cuales 18 con señales de agresión”, cuenta la veterinari­a.

En el laboratori­o, los monos son sometidos a una autopsia y, en algunos casos envían fragmentos de órganos a la Fundación Osvaldo Cruz, un centro de epidemiolo­gía para identifica­r casos de enfermedad­es como la fiebre amarilla.

Los cadáveres son incinerado­s en las mismas instalacio­nes de los servicios sanitarios. “Los monos sirven de centinelas, nos muestran dónde se encuentra el virus”, dijo Lucena. “Para poner en marcha una campaña de vacunación más eficaz, hay que identifica­r las zonas donde los monos mueren de fiebre amarilla. Pero cuando el ser humano se pone a matarlos, la trazabilid­ad del virus se hace más difícil”, concluyó. m

 ??  ?? La Unidad de Medicina Veterinari­a analiza los cuerpos.
La Unidad de Medicina Veterinari­a analiza los cuerpos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico