Por amar sin ley
y me encanta porque sus responsables tomaron La ley del corazón, uno de los mejores experimentos recientes de la televisión colombiana, y lo tropicalizaron con entusiasmo.
Estamos ante un melodrama de abogados con muchísimos personajes donde, cada determinado número de capítulos, además de las grandes historias de los protagonistas, se van resolviendo pequeños enormes casos legales.
El reparto tiene de todo un poco pero el resultado es espectacular. Hay amor, acción, sexo y oportunidades para que cualquier espectador, de cualquier tipo, se identifique.
¿Entonces es buena? Sí, pero antes de brillar como en su momento brilló Caer en tentación con un conflicto que además de amoroso era policiaco, tiene que afrontar un reto monumental: enganchar a los televidentes con el mundo de los abogados.
Yo no sé cómo sea en Colombia pero aquí los abogados son más famosos por ayudar a los delincuentes que por ponerse del lado de la gente buena.
Y si no me cree, acuérdese del fracaso de La fiscal de hierro.
Nuestra relación con las leyes no es la mejor, menos en esta temporada.
Tengo la impresión de que los mexicanos estamos un poquito saturados de batallas legales, corrupción e impunidad como para llegar a casa y aspirar a divertirnos entre juzgados y expedientes.
Pero, insisto, estamos en un momento de cambios y si la gente reaccionó fan favorablemente hacia un proyecto tan complejo como Caer en tentación, ¿qué le impediría convertir a Por amar sin ley en su telenovela favorita?