Pondrá todo sobre la línea
Raymundo Beltrán no puede fallar, porque además de coronarse le podría dar la green card a su familia
Raymundo Beltrán se niega a rendirse. El mexicano ha recibido muchos ganchos, jabs y volados que el boxeo y sus rivales le han recetado, pero él insiste en no ser uno más en el montón que se sube al ring, por lo que no ceja en su intención de seguir peleando hasta la última campanada.
Pero su férrea búsqueda de un campeonato mundial no se debe a la fama o al dinero que acompañan al cinturón. Su afán por ser el mejor de una división es por su deseo de cambiar su historia y la de su familia.
Ray estaba destinado a no brillar, su calidad de indocumentado y sin promotor lo orillaron a ser un boxeador de segunda línea hasta que en su camino se cruzó con Manny Pacquiao, en 2004.
Gracias a su compañero de entrenamiento, el sinaloense obtuvo su primera oportunidad por un fajín y de ahí su empeño lo ha sacado adelante, al punto de que hoy disputará lo que espera sea la tercera y última chance por un cinturón que lo proclame campeón del mundo.
Con toda la determinación de sacar la casta, Beltrán escalará al ring para enfrentarse al namibio Paulus Moses por el título vacante ligero de la Organización Mundial de Boxeo, en la pelea estelar de una velada en Reno, Nevada.
“Esta es la pelea más importante de mi carrera, donde finalmente
Con 18 años de experiencia, mi sangre y sudor de 42 peleas. Ningún hombre me negará mis sueños”
tengo la oportunidad de hacer realidad dos de mis sueños en una noche. El primero es ser campeón mundial y el segundo convertirme en residente permanente de Estados Unidos”, declaró el peleador de 36 años que reconoce que la pelea es a matar o morir.
Ray, quien empezó a trabajar como sparring de Pacquiao a cambio de 500 dólares a la semana, pretende imponer toda la lona recorrida para dominar al africano que hará su debut en América.
Orgulloso de ser de los pocos que han aguantado más rounds el castigo de Pacquiao durante los entrenamientos, Beltrán aspira a demostrar no solo esa fortaleza física, también la calidad que lo ha llevado a meter en aprietos a peleadores como el inglés Ricky Burns, con quien empató en su primer intento de coronarse en 2013, o a Terence Crawford, con quien perdió tras 12 duros asaltos en 2014, una noche en la que estuvo en juego el título OMB.
“Prometo dar un gran espectáculo y mostrarle al mundo por qué soy el peso ligero más peligroso del mundo. Traigo 18 años de experiencia en el ring, mi sangre y sudor de 42 peleas que he batallado para llegar a este punto. Ningún hombre me negará mis sueños. El mismo Moses no podrá salvar a Moses”, sentenció el mexicano que mantiene foja de 34-7-1, con 21 nocauts.
El africano llega a esta cita, luego de hilar cinco encuentros sin derrota y una pelea nula, desde su derrota ante su compatriota Malcolm Klassen, quien lo venció en 12 rounds.
“Soy jefe de policía en mi país, y trato con tipos rudos todo el tiempo. Beltrán no será diferente. Él es un peleador experimentado que se ha enfrentado a muchos buenos oponentes, pero yo estoy aquí para ganar y llevarme el título a casa conmigo”, manifestó Moses.
Contendiente mexicano