Milenio

AMOR POR MÉXICO.

El español salió con gafas oscuras al escenario del Auditorio Nacional, donde aseguró que no podría quedarse en cama y perderse este show

- Eduardo Gutiérrez Segura/México

Pese a la recomendac­ión médica de guardar cama tras un golpe en el ojo derecho, Joaquín Sabina, con todo y gafas oscuras, acudió a deleitar en el Auditorio Nacional a sus fans de siempre y también a las nuevas generacion­es.

Joaquín Sabina tiene un profundo amor por México, lo demostró ayer cuando desechó la recomendac­ión médica de tomarse varios días de descanso para recuperars­e del golpe que sufrió en el ojo derecho y más aún al pronunciar­se contra la construcci­ón del muro fronterizo, prioridad del presidente Donald Trump, a quien le envió un mensaje. “A uno siempre le han gustado las canciones mestizas, cuanto más mestizas mejor, y las de frontera; aunque no me gustan las fronteras y menos los muros que separan a los hombres unos de otros, así que si este muro que pretende construir el mentecato emperador del norte, y eso es poco, el imbécil, el hijo de puta del norte, sepan ustedes que si eso llega a suceder, tengo muy claro que ya elegí de qué lado de la frontera me quedaré”, expresó Sabina, luego de entonar “No tan de prisa”, sentado en un banco, guitarra en mano y al centro del entarimado del recinto de Reforma, al que consideró “mi casa” y que puso a sus pies con sus mensajes de amor y sentimient­o a la mujer y sus composicio­nes únicas.

La primera fiesta musical del nacido en Úbeda, Jaén, luego de la “cosa rara y fea” que le pasó en San Luis Potosí, estuvo plagada de mensajes, de historias, como la de su autoexilio a los 20 años en Londres “más colorido”, que buscó para alejarse de la gris España de Franco, pero sobre todo de música, la de más reciente álbum Lo niego todo y la del ayer, esas que lo han hecho favorito. “Cuando era más joven”, “Lo niego todo”, “¿Quién más, quién menos?”, “Lágrimas de mármol” y “Las noches de domingo” se han escuchado con la caracterís­tica voz rota del ibérico, su buen humor, su jocoso charlar cargado de elementos sensuales y provocacio­nes, que lejos de molestar causan risas y aplausos. “Una canción para la Magdalena” marcó el inicio del viaje al pasado, no sin antes haberle dado la oportunida­d a Pancho Varona y Mara Barros de lucirse en solitario en escena. “Por el bulevar de los sueños rotos” provocó emoción, no solo por sus referencia­s directas al país en su lírica, también por dos fotografía­s en la pantalla gigante de Chavela Vargas y José Alfredo Jiménez.

“¡Viva México, cabrones!”, soltó Sabina, quien refrendó su compro- miso con sus seguidores, a pesar de salir al escenario por primera vez con gafas oscuras, porque como dijo: “¿Cómo se va a quedar uno en la cama, con un concierto en el Auditorio Nacional?, un lugar en el que uno ha sido tan feliz y con la enorme complicida­d de público mexicano”.

En su recital, Joaquín rindió tributo al “veneno que me inyectaron a vena pura” grandes como Bob Dylan y sus majestades satánicas, The Rolling Stones, con canciones como “Y sin embargo”, su entrega fue agradecida con gran gozo y él acepto que la presentaci­ón de anoche tuvo “los mejores coros de toda la gira”.

Hasta el cierre de esta edición, Sabina alzó la voz con dedicatori­a a Ángeles Mastretta, presente en el recinto, con “Peces de ciudad”; se espera que Joaquín siga con el repaso por ese repertorio que con su constante reinvenció­n, su amor por ofrecer conciertos, no así por lanzar discos, lo han llevado a enamorar a los fans de siempre, pero también a las nuevas generacion­es.

 ?? Foto: Javier Ríos ??
Foto: Javier Ríos
 ??  ?? El músico dedicó la noche a las mujeres.
El músico dedicó la noche a las mujeres.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico