A mil por hora
Durante los primeros dos meses del año, Farhad Manjoo, el columnista de tecnología para el diario The New York Times, decidió retirar el pie del acelerador y experimentar con sus hábitos de consumo de información.
En esos 60 días Manjoo se desconectó de Twitter y de Facebook, apagó las notificaciones en su celular y se mantuvo alejado de las aplicaciones de noticias. En todo este tiempo obtuvo su información a través de medios tradicionales y de plataformas que privilegian la profundidad sobre la inmediatez. Periódicos, revistas, documentales, newsletters y podcasts. Básicamente, comprobó que para estar bien informado no es necesario estar conectado todo el tiempo; de hecho, asegura que permanecer atados a la experiencia digital muchas veces limita la calidad del contenido al que estamos ex- puestos y la visión que tenemos del mundo en el que vivimos.
El resultado fue sorprendente. El editorialista del Times asegura que no solo disminuyeron sus niveles de ansiedad y su adicción a los medios sociales, sino que, a través de este experimento, logró mejorar su experiencia informativa y hasta su calidad de vida.
El experimento de Manjoo es valioso por varias razones, principalmente porque nos recuerda que como consumidores tenemos opciones, algo que, en la era de la información instantánea, parece perderse de vista con cierta frecuencia. Por un lado, podemos elegir qué tipo de información queremos consumir, algo que ha facilitado la existencia de burbujas de opinión en las que todos se rodean de puntos de vista con los que coin- ciden, pero también podemos elegir cómo y cuándo consumimos esta información. Podemos ser curadores escrupulosos en vez de consumidores voraces de información.
La creación del concepto de comida rápida y de la comida instantánea revolucionaron la forma en la que nos alimentamos, generando oportunidades y retos que afectan las decisiones de valor nutricional que tomamos todos los días. Creo que lo mismo ocurre con la información en este momento. Su consumo indiscriminado resuelve una necesidad inmediata incluso satisface un impulso, pero no siempre contribuye a nuestro bienestar en el largo plazo.
Es bueno mantenerse informado pero, como todo en la vida, es mejor hacerlo con moderación. Que la información llegue a mil por hora no significa que debemos usarla así. M