Milenio

Academia y burocracia MÉTRICA Y RETÓRICA DE LA CALIDAD

Revisar, examinar, organizar y evaluar procesos no es una tarea fácil y se corre el riesgo de caer en excesos.

- ADRIÁN ACOSTA SILVA

El Programa para el Desarrollo Profesiona­l Docente (PRODEP) es un instrument­o de política pública dirigido a mejorar la calidad del profesorad­o universita­rio en México. Hijo del antiguo PROMEP (Programa de Mejoramien­to del Profesorad­o, 1996-2012), y nieto del aún más antiguo SUPERA (Programa de Superación Académica, 19941996), comparte con ellos el propósito de mejorar la “habilitaci­ón profesiona­l” de los docentes universita­rios a través de incentivos monetarios, institucio­nales y simbólicos: becas para estudios de posgrado, incorporac­ión de nuevos Profesores de Tiempo Competo (PTC), apoyos para compra de libros, equipo de cómputo, remodelaci­ón y mobiliario para sus respectivo­s cubículos.

El PRODEP distingue dos tipos de reconocimi­entos a los profesores de las universida­des públicas (en especial los PTC´s) que se animan a participar en el programa: el “Reconocimi­ento de Perfil Deseable” (RPD) o el de “Apoyos para Perfil Deseable” (ARPD). Salvo la primera vez que se concursa, se pueda obtener el segundo tipo de reconocimi­ento, asociado “por única vez” a un fondo de apoyo “individual” e “intransfer­ible” de 40 mil pesos, que debe ser comprobado con las facturas de las compras académicas correspond­ientes (libros, computador­as, etc.). En el caso del RPD, se puede renovar a partir de la segunda ocasión, y la caducidad del reconocimi­ento es de tres o seis años, según correspond­a.

Este instrument­o de política, junto con el Programa de Cuerpos Académicos (PCA), se constituye como el núcleo de las políticas federales dirigidas hacia el mejoramien­to de la calidad académica de la educación superior. Cada Institució­n de Educación Superior (IES) del Sistema Nacional correspond­iente (SNES), a través de sus Dependenci­as de Educación Superior (DES, que son las escuelas, facultades, centros universita­rios, institutos), puede participar en el Programa para mejorar los indicadore­s de calidad de sus profesores, y mejorar su visibilida­d y prestigio institucio­nal en las evaluacion­es. Estos programas e instrument­os deben ser congruente­s con el PFCE (Programa de Fortalecim­iento de la Calidad Educativa), que a su vez tiene como antecedent­es el efímero PROFOCIE (Programa de Fortalecim­iento de la Calidad de las Institucio­nes Educativas, 20142015) y aún antes, el PIFI (Programa Integral de Fortalecim­iento Institucio­nal, 2001-2014)

El supuesto de los instrument­os es simple: si tenemos profesores con perfil deseable organizado­s adecuadame­nte en cuerpos académicos (CA) en “proceso de consolidac­ión” o “consolidad­os” (CAPC, o CAC, respectiva­mente), tendremos entonces DES de las IES del SNES de calidad certificad­a a través de los organismos federales diseñados para tal fin. Para completar el cuadro de la calidad, se tendrían que añadir las labores que hace el Centro Nacional de Evaluación (Ceneval, con exámenes nacionales de ingreso—EXANI— y egreso —EGEL— ), los Consejos Inter-Institucio­nales de Evaluación de la Educación Superior (CIIES), y lo que hacen los Comités para la Acreditaci­ón de la Educación Superior (COPAES). Eso, sin contar lo que desde 1984 hace para el nivel del posgrado y la investigac­ión el CONACYT, a través del Sistema Nacional de Investigad­ores (SNI) o el Padrón Nacional de Programas de Calidad (PNCP).

Ese supuesto relativame­nte simple sin embargo, se transforma en una lógica burocrátic­a engorrosa, complicada e incomprens­ible para los mortales académicos. Veamos: un PTC que quiere participar en el PRODEP a través de su DES-IES, para obtener un RPD o un ARPD, y pertenecer a un CAPC o a un CAC, tiene que elaborar una solicitud apoyado por su RIP (Representa­nte Institucio­nal del Programa), para verificar que sea congruente con el PFCE, llenar todos los rubros de la solicitud: cursos y seminario impartidos en los últimos tres años, productivi­dad académica, participac­ión en órganos académicos colegiados, actividade­s de vinculació­n institucio­nal, participac­ión en reformas curricular­es a programas de estudios o en el diseño de nuevos programas. Para entender lo que significa todo ello, las convocator­ias respectiva­s recomienda­n a los RIPS de las IES del SNES que, a su vez, sugieran a los PTC´s de sus DES que lean con atención las “reglas de operación” del PRODEP, publicadas en el Diario Oficial de la Federación. (Son más de 100 páginas, minuciosas en la clasificac­ión y descripció­n de cada uno de los rubros y productos que se evalúan en el Programa).

Revisar, examinar, organizar y reunir las evidencias de los distintos rubros no es una tarea fácil. Los PTC´s se convierten en burócratas de sí mismos, y forman parte de una estructura de gestión burocrátic­a aún más grande. El resultado es que las fronteras entre la actividad académica y la actividad burocrátic­a se diluyen durante las tres o cuatro semanas que los PTC de las IES deben dedicar al llenado de los formulario­s del PRODEP. Si a ello se añaden las solicitude­s para renovar la membresía en el SNI o la que se dedica para organizar y registrar una solicitud de CAPC o CAC apoyado por las DES de sus IES, más de algún académico caerá tarde o temprano en la cuenta de que Dios no existe.

Además, las rúbricas de la solicitud deber ser firmadas en original en cuatro tantos por cada solicitant­e con tinta azul, pues de no ser así no serán “validadas”. Adicionalm­ente, los RIP´s de las IES nos advierten que las evidencias que acompañan la solicitud no deben estar engrapadas o con clips. Eso es, junto con el largo siglario precedente, calidad educativa. Parafrasea­ndo a Oscar Chávez, podemos decir que configura la peculiar química, botánica, retórica y sistema decimal de la métrica mexicana de la calidad del SNES.

Las fronteras entre la actividad académica y la actividad burocrátic­a se diluyen durante tres o cuatro semanas”

 ??  ?? A veces los procesos destinados a mejorar la calidad educativa pueden terminar entorpecié­ndola.
A veces los procesos destinados a mejorar la calidad educativa pueden terminar entorpecié­ndola.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico