HISTORIAS
Dejó su labor como ama de casa y lleva ocho años tratando de dejar un mejor país para sus dos hijos
Acceso a la política, camino cuesta arriba para ellas
Hace ocho años, Alejandra Alonso decidió dejar su labor como ama de casa para darle una mejor calidad de vida a sus dos hijos, de apenas dos y seis años, así como apoyar a su marido con los gastos del hogar.
No obstante, nadie se imaginaba que su objetivo era convertirse en policía federal, y es que su pasión es dejar un mejor país para su familia, además de servir a la patria.
Con gran optimismo y apenas 1.53 de altura, Ale, como le dicen sus amigos, decidió buscar un lugar en la Academia de Policía, y es que entrar era uno de sus principales sueños.
“La convocatoria la veo en la tele y decido integrarme, concursar para ingresar. Anteriormente yo trabajaba en una institución de valores. Aunque me costó trabajo por la estatura, pero yo debía estar ahí. De hecho fui rechazada, ocho meses me costó entrar. Yo creo en el apoyo a la sociedad, el aportar para cambiar el mundo en el que viven tus hijos”, expresó.
El primer reto que tuvo que superar no fue precisamente laboral, sino la oposición de su madre a que entrara a un mundo completamente masculino, por lo que tuvo que ocultarle sus intenciones y evitarle un disgusto.
“A mi mamá no le dije hasta después, de plano. Ella es de ‘cómo, si tú eres mujer, cómo vas a andar en eso, no’. A ella se lo omití, precisamente porque ella ya es grande. El hecho de ver a la mujer en este ámbito, era así de ‘cómo te metes a eso, tú no eres de ahí, eres mujer’. Así tal cual. Decido decirle hasta que ya estoy dentro, cuando pasé el curso inicial”, detalló.
Se ha dedicado a resguardar instalaciones estratégicas de la Policía Federal, por lo que en su carrera laboral ha prestado su servicio por diferentes estados, como Sonora, Guanajuato, Nayarit, entre otros.
Asegura que profesionalmente no le hace falta nada, no obstante, su carrera policial ha quedado marcada por la muerte de su compañero.
“Después del curso inicial es una prueba si sigues o no. Es el servicio más extremo que hay en la institución, son las Minas de Cobre, en Cananea, Sonora; y pues es totalmente sierra. Es muy extremo. Eso es lo que lo hace extremo. No hay nada, es dentro de las minas dando seguridad. Lo más difícil fue el deceso de mi compañero, cursamos la academia; casi a punto de bajarnos a otro servicio se fue al hoyo de ácidos y falleció. Literal, vives con los compañeros, son tu familia, así va a ser en adelante, como puedes estar, como que no”, explicó.
También Alejandra ha cumplido otros sueños laborales, como pertenecer a la banda de guerra de esta dependencia federal y ser catalogada como la mejor en tiro; sin embargo, esto y su responsabilidad con la patria la han llevado a perderse los momentos familiares importantes.
Esta mujer policía en un futuro se ve jugando con sus nietos, pero en lo que eso llega disfruta de la cercanía de su familia y la satisfacción de su trabajo, que actualmente es reguardar las instalaciones de la Policía Federal, en avenida Miguel Ángel de Quevedo.
“Sí, difícil en el asunto de la familia, porque tienes que dejar a tus hijos. A lo mejor a veces ni siquiera les puedes hablar, porque hay diferentes servicios en los que no lo permiten o no hay señal. Te pierdes eventos de la escuela, fiestas familiares. pero ni modo, debes cumplir en el trabajo. Ya ocho años que soy de aquí. Lo tengo todo, ya tengo el lugar que quería”, concluyó con una sonrisa. m