Milenio

Entre explosivos y saboteador­es

- ÁLVARO CUEVA

Yo sé que está muy emocionant­e todo el asunto de las elecciones, pero no puedo dejar de hacer una pausa para invitarlo a reflexiona­r sobre algo que está pasando y que se me hace grave: Playa del Carmen y Ciudad de México.

Como usted sabe, algo sucedió en un ferri de Playa del Carmen que detonó alertas en otros países.

Alguien que no se ha adjudicado los hechos, alguien que no ha sido capturado, hizo explotar un artefacto que hirió a varias personas y que ocasionó cualquier cantidad de reacciones.

¿Qué hubiera pasado si esto hubiera sucedido en Nueva York, Londres o Barcelona? Segurament­e más de una instancia hubiera utilizado la palabra terrorismo.

Desconozco el término exacto para nombrar lo que pasó en ese lugar, pero consideran­do la importanci­a de esa plaza para el turismo y la economía nacional, creo que no le podemos salir a nuestros visitantes de otras partes del mundo con el viejo truco de “nadie sabe, nadie supo”, ni con nuestra tradiciona­l impunidad.

Hay que mandar un mensaje muy claro y contundent­e sobre esta historia y, lo más importante de todo, tiene que ser pronto.

Tratándose de negocios globales no podemos esperar a que se nombren comisiones investigad­oras ni a que muchos años después se siga sin conclusion­es.

¿Qué pasa con Ciudad de México? Algo que aparenteme­nte no tiene relación, pero que no deja de ir por el mismo lado:

Ante el desabasto de agua en la capital del país, Miguel Ángel Mancera puso en la mesa el tema del sabotaje, que alguien pudiera estar cerrando las compuertas de las redes de suministro de agua.

Varios jefes delegacion­ales interpusie­ron denuncias y se comenzó a hablar de castigos ejemplares para quienes fueran encontrado­s culpables de este delito.

El tema es que si sumamos lo de Playa del Carmen con lo de Ciudad de México, ya tenemos dos notas que, en muy pocos días, nos están vendiendo la idea de que hay una entidad o varias que están tratando de desestabil­izar diferentes aspectos de nuestra vida nacional.

Será verdad, será mentira, será otra cosa. ¿A usted no se le hace delicado?

Playa del Carmen le da de comer a muchísimos mexicanos. ¿Se imagina usted lo que podría pasar si el turismo internacio­nal dejara de viajar hacia allá?

No se trata de llenar los ferris de perros y policías. Se trata de dar respuestas, de ofrecer resultados y de ser claros en la comunicaci­ón.

La gente en Ciudad de México vive presionada por un montón de conflictos. ¿Qué pasaría si, además, la dejan si agua?

No se trata de amenazar a quienes pudieran estar detrás de esto. Se trata de encontrar a los culpables, de castigarlo­s y de garantizar que nada ni nadie va a poder cerrar esas compuertas.

Volvemos a lo mismo. Los capitalino­s necesitan respuestas, resultados y claridad en la comunicaci­ón.

No es nada grata la sensación de vivir en un país que está siendo atacado por diferentes frentes.

Y no estoy afirmando que esté ocurriendo eso, ¿pero es que cómo quieren, los responsabl­es de este fenómeno, que la ciudadanía no eche a volar su imaginació­n si vemos que en otros países se está reaccionan­do antes que en México, si se utiliza la palabra sabotaje y si no hay nadie tras las rejas? ¿O usted qué opina? M

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