Alejandro y Arcelia combaten la ogritud de padres e hijos
Hace 15 años, Alejandro Calva y Arcelia Ramírez montaron la puesta en escena El Ogrito; hoy regresan con ella al Teatro Xola Julio Prieto para poner a reflexionar a niños y adultos sobre la identidad, la familia y la manera de convivir con la ogritud que todos llevamos dentro. “Es una obra para hacer niños inteligentes y pensantes; propicia el diálogo sobre la herencia, de por qué yo soy como mi papá, y sobre las familias diversas que existen; también habla de una naturaleza humana inherente, no podemos negar nuestro lado oscuro, nuestra ogritud, todos tenemos un poco”, indicó Calva.
Ramírez añadió: “Es una obra poderosísima, muy hermosa, que trata contenido humano fundamental; habla sobre la identidad, sobre entender quién eres, sobre reconocer la violencia, la ogritud, la animalidad que tenemos dentro y la necesidad de domesticarla para poder vivir con los demás”.
En la obra interpretan a madre e hijo, contando la historia de un ogro de seis años que ha vivido aislado en el bosque y, por primera vez, irá a la escuela y se enfrentará al contacto social; esta relación los ha unido, dijeron, como compañeros de trabajo, amigos e incluso familia. “Mi corazoncito, ¿dónde estás?”, señaló la actriz metida en su papel. “Acá estoy, ya me entrevistaron, ahora es contigo mamá”, le contestó él entre risas. Ambos destacaron que es un privilegio tener la oportunidad de volver a presentar este clásico de la literatura contemporánea. “Así como tienes que leer El Principito, tienes que conocer El Ogrito”, refirió Alejandro; su compañera explicó que el texto es de Suzanne Lebeau y cuentan con la dirección de Enrique Singer.
Arriba, el público ya esperaba en sus butacas; maquillándose apresuradamente, Ramírez concluyó: “Creemos que es un discurso muy pertinente, estoy feliz y los niños son de los mejores públicos posibles, es una delicia trabajar para los niños”.