Tres milagros, Guillermo del Toro, Juana y el peor día del año
Hoy es un día espantoso para la televisión de este país. ¿Por qué? Porque como anoche acabó Exatlón México todos, absolutamente todos los números de la industria, se va a reacomodar.
Por si esto no fuera suficiente, a media humanidad se le ocurrió estrenar cosas o mover algo el día de hoy.
Resultado: las audiencias se van a volver locas tratando de elegir y los hombres y las mujeres que trabajan en este negocio más, porque no hay alguien, en su sano juicio, que no mate por quedarse con la mitad de las espectaculares cifras de ese reality show de Azteca 7.
Muchos televidentes se van a confundir, las redes van a hablar de más, montones de periodistas harán afirmaciones antes de tiempo. Esto se va a poner muy feo.
Mi recomendación es: dese tiempo para ver todos los estrenos que pueda, para navegar por todos los cambios que perciba y al final escoja con inteligencia.
¿Quiénes van a ser los que van a ganar al final de esta revolución? Los que menos se hayan movido.
La televisión se consume por hábitos y costumbres, y en tiempos de horror, como éstos, lo que más se busca es la seguridad, la certeza, no los cambios repentinos, no los lanzamientos multitudinarios. ¿O usted qué opina? De todos los estrenos que vamos a tener hoy, hay uno que casi no se menciona y que podría enloquecer a las multitudes: Tres milagros. Hágame caso y no lo pierda de vista. Estamos ante un título con tantas posibilidades o más que Rosario Tijeras cuando se presentó el año pasado.
Tres milagros es uno de los más grandes clásicos de la televisión latinoamericana.
Nació en los años 70, en Venezuela, como una magnífica novela titulada Cuando quiero llorar no lloro, de Miguel Otero Silva, y de ahí saltó a Colombia donde, en 1991, se hizo en telenovela bajo el nombre de Victorinos.
En 2011, en Bogotá, a alguien se le ocurrió cambiarle el sexo a los protagonistas, que originalmente eran hombres, y convertir aquello en una serie de mujeres a la que se le puso Tres Milagros. ¡No sabe usted qué cañonazo!
Lo que se va a estrenar hoy Los a las 21:30 por Azteca Uno es una versión corregida, aumentada y yo diría que mejorada de esta joya de la televisión sudamericana.
Es mágica, apasionante, cruda, emocionante, romántica, policiaca, entrañable.
Véala y luego platicamos. Ojalá que esta teleserie no se vaya a perder en la inmensidad de todo lo que va a suceder hoy. ¡Ojalá! Quiero felicitar públicamente al Canal 44 de la Universidad de Guadalajara por regalarnos la transmisión en vivo de las master class que Guillermo del Toro dio durante el pasado fin de semana en el contexto del Festival Internacional de Cine de Guadalajara.
No sé si usted lo alcance a apreciar pero el Canal 44 no tiene los recursos de las señales públicas de otras regiones del país.
Para ellos hubiera sido muy fácil quedarse en su zona de confort y no hacer nada.
Pero no, sacaron la casta, pusieron conductores, se metieron en cualquier cantidad de broncas técnicas y hasta compartieron su transmisión con otros canales universitarios de otras ciudades como fue el caso de Tv UNAM y el resultado estuvo precioso.
Fue como haber estado ahí, con las preguntas del crítico de cine Leonardo García Tsao, con la maravillosa participación del público y, lo más bonito, con un Guillermo del Toro genial, generoso, directo, cariñoso, sin poses.
Busque por favor este material a través de internet porque vale oro y porque la actitud del ganador del Oscar contrasta con la de muchos otros talentos mexicanos que tratan a la gente con la punta del pie.
¡Felicidades, Canal 44! ¡Así se hace! Qué cosa tan más impresionante de espectáculo teatral es Juana in a Million, de Vicky Araico y Nir Paldi, que se está presentando en el Teatro Orientación de Centro Cultural del Bosque de la CdMx, atrás de los conciertos de Luis Miguel.
El jueves pasado la descubrí y todavía no quepo en mí del impacto de esa historia, del poder de esa actriz ni de la pertinencia de este ejercicio por el Me Too, por Donald Trump y por muchos otros horrores.
Ésta es la historia de una mexicana que emigra ilegalmente a Londres y a la que le pasa lo mismo que a muchas mujeres aquí, allá, en Estados Unidos, en todas partes.
Verla es una sacudida para el alma, la oportunidad perfecta para organizar debates. No puede ser que esto suceda y que no se diga nada. Éstas con las obras que se tienen que montar.
Qué bueno que la Secretaría de Cultural, el INBA y muchas otras instancias están detrás de este espectáculo unipersonal que nos lleva de la risa a la reflexión.
Qué bueno, insisto, que los precios son populares porque esto va a permitir que muchos jóvenes, especialmente los estudiantes, se acerquen a una puesta en escena que ya ha triunfado hasta en Reino Unido. Corra a verla, pero ya.