Milenio

Emotivo homenaje a Davide Astori

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Una marea de color “viola”, un estadio desolado por la pena, jugadores con rostros compungido­s después de una semana de dolor: la Fiorentina (9º) disputó este domingo ante el Benevento en medio de un emotivo ambiente su primer partido sin Davide Astori, su capitán, fallecido hace una semana.

Los minutos de silencio no suelen durar 60 segundos, pero el de este domingo en el estadio Artemio Franchi se prolongó más, como si nadie se atreviese a interrumpi­rlo.

El silencio se había hecho antes de que el árbitro lo decretase, un silencio irreal en un estadio de futbol. Durante varios minutos solo se escuchó el chocar de las manos de los jugadores del Benevento contra sus homólogos de la Fiore. Delante de ellos, niños con las camisetas del Cagliari y de la Fiorentina, los dos clubes que marcaron la trayectori­a de Astori.

Antes del inicio se proyectó en las pantallas del estadio un documental en homenaje al central, con la música Tierra de hombres del italiano Jovanotti.

“Hay hombres que no mueren nunca, hay historias que pasan a la eternidad. Buen viaje capitán”, “las lágrimas de toda una ciudad”, “unidos por la eternidad”, “Florentino para siempre”, “Ciao Davide”, “Verdadero capitán, un hombre de otra época”, se podía leer en pancartas.

“Y con el número 13, capitán para siempre, ¡Davide Astori!”, se escuchó en el sonido local del estadio. Miles de globos blancos y morados volaron por el cielo de Florencia antes del inicio del partido.

Los alrededore­s del Artemio Franchi presentaba­n banderas, fotos, dibujos de niños, bufandas, camisetas, todo con motivo de Astori. Además de coronas de flores enviadas por clubes de toda Italia y depositada­s por aficionado­s.

La lluvia de la mañana sirvió para camuflar las lágrimas. En el minuto 13, el del dorsal de Astori, se desplegó un mosaico con las letras “Davide 13” de color blanco sobre fondo morado, acompañado por una carretada de aplausos.

La Fiorentina abrió el marcador en el minuto 25. El autor fue el brasileño Vitor Hugo, quien portaba en la espalda el número 31, el de Astori, pero con las dos cifras invertidas.

Vitor Hugo, abrazado por todos sus compañeros, incluido el arquero, sacó una camiseta con la imagen de Astori ante la que realizó el saludo marcial, y no pudo evitar el llanto.

En medio de la lluvia, el estadio cantó “un capitano, c’è solo un capitano” (un capitán, no hay más que un capitán)”. Los tres puntos fueron lo de menos.

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