El bandoneón, un instrumento que respira, dice Daniel Binelli
“Nació en Alemania en 1850, pero su intelectualidad la adquirió en Argentina”, declara
Maestro del bandoneón, el argentino Daniel Binelli tuvo la fortuna y el talento de sobra para ser guiado por grandes maestros del tango, entre ellos Osvaldo Pugliese y Astor Piazzolla. De ellos aprendió que la constancia es el camino que lleva a la originalidad. Hoy es uno de los bandoneonistas más destacados del tango, así como un compositor y arreglista que ha incursionado en la música de concierto.
El músico nacido en 1946 en Quilmes, al sudeste de Buenos Aires, está en México para ofrecer un concierto con Polly Ferman mañana a las 20:30 horas en la Sala Nezahualcóyotl. También se presentará con la Orquesta Filarmónica de la UNAM en el mismo foro el sábado 17 y el domingo 18 a las a las 20 y 12 horas, respectivamente.
Binelli recibió a los nueve años su primer instrumento de manos de su padre, herrero de profesión y bandoneonista aficionado. A los 15 años ya tocaba en la Orquesta de la Argentinidad, dirigida por Lorenzo Barbero, donde “estaba con gente que me doblaba en edad, era muy chico”, dice en entrevista telefónica desde Nueva York, donde reside.
Dos años más tarde ganaba un concurso en la televisión en Canal 13 de Buenos Aires, donde Piazzolla lo escuchó tocar un arreglo a una de sus piezas, “Picasso”. Años más tarde, el joven bandoneonista figuraría como parte de su sexteto, pero antes vino otra experiencia fundamental en su formación.
A los 23 años ingresó a la orquesta de Pugliese como bandoneonista y arreglista en 1968 y allí permaneció hasta 1982. “A lo largo de casi 14 años tuve la oportunidad de trabajar con él haciendo arreglos musicales, tocando en conciertos de manera permanente y grabando discos —refiere Binelli—. Era una orquesta que abastecía a 14 familias y tenía una línea política de izquierda.
Luego vino Piazzolla...
En 1989 ingresé a su New Tango Sextet, con el que realizamos varias giras europeas y latinoamericanas. En Canadá estuvimos en el Festival Internacional de Jazz de Montreal, donde tocamos como el vibrafonista de jazz Gary Burton. Toqué más de un año con Astor, lo que influyó en lo que hago ahora, lo mismo que otras experiencias. Mi forma de arreglar no se enfoca exclusivamente en el bandoneón, sino también en el piano y la guitarra. Yo no usaba ciertos colores en el grupo de Piazzolla porque él elegía ciertas armonías y no quería otras. Mi trabajo con él, con Pugliese y mis experiencias con obras de música de cámara y orquestal han abierto mi panorama estilístico.
Su obra discográfica es vasta
He trabajado casi con todos los grandes maestros, tengo más de cien discos grabados. Además he colaborado con muchas orquestas y con frecuencia me he presentado en México. De hecho, toqué allá con quien es ahora mi compañera de ruta, en la vida y en la música, Polly Ferman. Con ella he grabado varios discos y hemos hecho espectáculos con orquestas sinfónicas y de cámara. ¿Qué interpretará con Polly Ferman? Vamos a tocar la Suite troileana que escribió Piazzolla cuando murió Aníbal Troilo, el símbolo del bandoneón, pues trabajó muchos años con él. La arreglé especialmente para dúo de piano y bandoneón, así como otras de sus obras, como “Buenos Aires hora cero”, “Adiós Nonino” y “Verano porteño”. Tanto Polly como yo tocaremos algunas obras solos, y también podrán escuchar algunas piezas mías: “Anhelo y misterio”, una milonga candombe, e Imágenes de Buenos Aires, una suite en tres movimientos que le dediqué a mi compañera. ¿Cuál será el programa con la OFUNAM? Voy a interpretar el Concierto para bandoneón, conocido como Aconcagua, de Astor Piazzolla, el cual grabé en dos ocasiones: con la Orquesta del Teatro Colón de Buenos Aires y la Orquesta Sinfónica de Nashville. También voy a estrenar en México una obra mía, Tres movimientos concertantes para bandoneón y orquesta sinfónica. ¿Qué es el bandoneón? Es el instrumento que nació en Alemania en 1850, pero su intelectualidad la adquirió en Argentina, donde llegó a principios del siglo pasado y fue desarrollándose durante décadas hasta llegar a las salas sinfónicas. Es un instrumento muy fino, muy delicado. Lo que toca la mano derecha tiene que ver con un oboe o un violín, mientras que la izquierda puede ser un saxofón o un violonchelo. Además tiene la virtud de que se puede acompañar o se puede tocar solo. Se puede tocar la música que nació en Buenos Aires, el tango y el tango desarrollado, pero también la música barroca y contemporánea. El bandoneón es un instrumento que está vivo, que respira. m