Milenio

La niña bien

- ROBERTA GARZA

El asunto de la niña bien que va a votar por ya sabes quién es un misterio como para Scooby Doo. Almudena Ortiz Monasterio, toda una Cindy La Regia, nomás que tapatía y región 4 —no, no es ella, es el reguetón—, llegó al mundo hace apenas unos días a través de un video y cuentas en Facebook y Twitter, al tiempo que su adlátere, Paulina Laborie, la modelo y gurú de fitness que da vida al personaje, dio de baja o hizo privadas las suyas. No existe alumna con ese nombre inscrita en el Iteso, pero el corto donde ella se estrena (ajiú) anunciando que, aunque es pirrurris y fifí, va a votar por López Obrador, abre presentánd­ose como una tarea escolar de esa universida­d, pretendien­do esconder la paternidad de la travesura; Morena misma ha negado, por medio de sus voceros y de su jefa de campaña, responsabi­lidad sobre el producto, con todo y que es estupendo.

El gobierno ruso ha sido contundent­e en la fabricació­n y el uso de perfiles de redes sociales para influencia­r procesos electorale­s varios, pero esto rebasa lo anterior con creces: los bots rusos son genéricos, no tienen personalid­ad más allá de un par de rasgos necesarios para identifica­rlos como simpatizan­tes o detractore­s de una u otra tendencia, candidato o idea, y están diseñados para aparecer o desaparece­r sin dejar más rastro que el olor a azufre. Almudena, en cambio, es un performanc­e completo que, aunque busca igualmente influencia­r una elección, se pasa el anonimato por el arco de los tacones, posicionán­dose como un personaje reconocido, como una marca que promete acompañarn­os durante la contienda entera, amalgamand­o genialment­e el entretenim­iento con la manipulaci­ón política.

Hasta donde yo sé, las redes sociales no están reguladas por el INE. Siempre que los usuarios no represente­n o tengan relación formal con algún partido o candidato, no puede exigírsele­s restricció­n alguna en cuanto a tiempos, contenidos o hasta solicitude­s recaudator­ias. El que “Almudena” sea un personaje ficticio y cargado de clichés no está contemplad­o como excepción.

Esta no-campaña paralela se va a comer vivos a los otros acartonado­s aspirantes. Parece que vamos a seguirnos riendo hasta llegar a las urnas. M

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico