Los animadores de Pixar
Se basaron en Estela Fabián y Ezequiel Méndez para crear a los familiares de Miguel, el protagonista de la película animada
Desde hace 18 años, Estela Fabián Mendoza trabaja en la cocina del Taller de Alebrijes Jacobo y María Ángeles, uno de los más populares de San Martín Tilcajete —poblado ubicado en los valles centrales de Oaxaca—, nunca imaginó convertirse en la musa de una película y mucho menos ser reconocida en el mundo entero.
Con un andar peculiar, un chongo en la cabeza y un mandil a cuadros, Estela se convirtió en la inspiración de los animadores de Pixar Studios para la creación de Elena Rivera, la abuelita de Miguel en Coco, ganadora del Oscar en la categoría de mejor película animada. Sin embargo, asegura que nadie se acercó a ella para decirle que su imagen “saldría en la pantalla”.
“La gente siempre está grabando aquí, vienen a ver a los alebrijes y a veces pasan aquí y graban también cómo hacemos comida o tortillas. Creo por eso nunca me di cuenta de que venían a verme para hacer una película, nunca me enteré”, señaló en entrevista para MILENIO.
Aseguró que no entendía la magnitud de “su fama” hasta que los turistas iban a buscarla y a tomarse fotografías con ella, por lo que los mismos empleados del taller le explicaron que “Coco” era una película que se había exhibido en las salas de cine a escala mundial.
“Todo el mundo me vio, ahora saben que soy yo. Al principio me daba vergüenza, pero ahora me emociona y mis nietos me dicen que soy Elena, pero yo les digo que no me llamo así”, dijo.
Señaló que en comparación a Elena, ella es una persona amable y que no se enoja con sus nietos ni me quito la chancla, pues mi carácter es el de una abuela noble. Elena Rivera Tío Berto. Asimismo, en la calle Reforma del centro de Oaxaca, los creadores localizaron la zapatería La Fama, una de las más reconocidas y antiguas de ese estado, perteneciente por más de cinco generaciones a la familia de Ezequiel Méndez, quien dio vida al Tío Berto en Coco e inspiró a que la familia Rivera fuera zapatera.
“Es un orgullo para mí que se inspiren en una labor tan hermosa, como la de ser zapatero. Mi abuelo, mi padre y bisabuelo estarían felices. El negocio lleva 150 años y el trabajo ha rendido frutos”, abundó.
Señaló que en ocasiones llegan vecinos e incluso estudiantes de las escuelas cercanas a preguntar por la experiencia de “llegar a la pantalla grande en forma animada”.
Explicó que no se había dado cuenta de su parecido con el Tío Berto hasta que su familia hizo un comparativo de fotografías.
“Sí me parezco en la falta de cabello, cejas y cara redonda, no sé cómo lo lograron, es algo mágico y espectacular, algo que nunca imaginé”, comentó.
Tanto Estela como Ezequiel reconocieron que los expertos en animación retrataron “a la perfección” las tradiciones mexicanas durante el Día de Muertos, por lo que hicieron un llamado a preservarlas, a pesar de la transformación que vive el país día a día.
“Más que los niños, son los padres los que deben de prestar atención a las costumbres, porque son bonitas y es como en la película cuando Coco por poco olvida a su padre. Si nosotros olvidamos poner la ofrenda y recibir a nuestros muertos, la celebración desaparecerá”, puntualizó Ezequiel. M