Beethoven será escuchado en el Zócalo de la CdMx
El concierto de cierre del Festival del Centro Histórico estará encabezado por la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México
Por primera vez la Novena sinfonía de Beethoven se escuchará en la plancha del Zócalo, aseguraron ayer funcionarios de la Secretaría de Cultura capitalina al anunciar la clausura del Festival del Centro Histórico de la Ciudad de México, que será el próximo domingo. Allí se ha escuchado todo tipo de música, por lo que era justo darle oportunidad a un compositor clásico tan grande.
El concierto iniciará a las 16 horas con el programa Bailes de salón de aquí y de allá, a cargo de la Orquesta Filarmónica Juvenil CdMx Armando Zayas, dirigida por Ariel Hinojosa. Interpretarán polcas, valses y danzones.
A las 18:30, la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, dirigida por Scott Yoo, interpretará la Novena sinfonía. Participarán 120 voces, integradas por los coros Filarmónico de la UNAM y de la Secretaría de Marina. Los solistas serán la soprano Gabriela Herrera, la mezzosoprano María Luisa Tamez, el tenor Alan Pingarrón y el bajo Carsten Wittmoser.
De acuerdo con Yoo, la obra de Beethoven “es la sinfonía más importante que se haya escrito jamás. Si es o no la más grande, es algo que puede debatirse, pero sin lugar a dudas es la más importante. ¿Por qué? Porque hasta esta Novena sinfonía a la música se le consideraba pura, que debía ser hermosa”.
Sin embargo, al haber compuesto el cuarto movimiento de su última sinfonía, que incluye la interpretación coral al poema de Friedrich Schiller “Himno a la alegría”, cambió el sentido de la
También será ejecutada música de bailes de salón, como polcas, valses y danzones
música. Para el director, “la comunidad se dividió: compositores como Brahms y Schumann dijeron que todavía era solo música; pero otros, como Berlioz, Liszt y Wagner, advirtieron que no, que debía tener significado. Fue como cuando surgió la teoría de la relatividad: este momento en la historia cambió la música por siempre”.
Que Beethoven haya escrito su monumental obra cuando no podía oír y tuviera que imaginar los sonidos, es para Yoo “algo que la humanidad nunca había visto”. El director y violinista nacido en Estados Unidos, de padre japonés y madre coreana, manifestó su emoción por presentar la obra en la Plaza de la Constitución.
Afirmó que el autor “comenzó a escribir la Novena sinfonía más o menos en 1818, pero la obra ha logrado sobrevivir hasta 2018. Estoy muy orgulloso de este concierto porque será la orquesta de la gente tocando la música de la humanidad en el Zócalo”.
Francesca Saldívar, presidenta del patronato del festival, declaró que será un acierto concluir las actividades de la edición 34 del encuentro cultural: llevar “este mensaje de paz a la ciudad es muy importante. Seguramente entre la gente que va a asistir habrá muchos que por primera vez van a oír la Novena sinfonía de Beethoven”.
Entre las obras que interpretará la Orquesta Filarmónica Juvenil CdMx estarán el cuarto movimiento de la Segunda sinfonía de Jean Sibelius; Danubio azul, de Strauss las polcas Tritsch tratsch, Rayos y truenos y la Marcha Radetzky. Incluirá una tanda de danzones, con piezas como “Juárez no debió morir” de Esteban Alfonso, y “Rigoletito”, de Acerina. m
Xavier Villaurrutia prologa Aurelia, pero no cuestiona si Nerval, de haber tomado medidas drásticas (evitando sufrir por una mujer) escribiría ese libro. Baudrillard, en cambio, sí es severo (más allá del género), y afirma que con las mujeres ocurre lo mismo que con algunos acontecimientos históricos: se presentan una primera vez en nuestra vida como acontecimiento, y tienen derecho a una segunda existencia como farsa. En aras de sentencias así, nuestros vínculos, sean cuales sean, deberían exceder el límite de las eventualidades. Los nuevos comienzos tienen la capacidad de restaurar esperanzas, son claves para amortiguar rupturas anteriores; y aunque el vaivén de la literatura está sometido al caprichoso porvenir, hiere solo cuando le damos una importancia mayor que a cualquier argumento, convicción, silogismo o verdad.
Me da por recordarlo ahora, quizá para exorcizar patrones y moldes de relaciones interpersonales, porque el individuo va adaptándose, dependiendo la época, a creencias y valores. Si pudiéramos describir la vida interior de las personas amadas alcanzaríamos una cumbre. ¿Qué incita al amor? Esos momentos raros de extravío cuando trajinamos mediante lo cotidiano, entre esperas y esperas de otras esperas, buscando sincronizar azar y destino. El amor no necesariamente es una ilusión labrada por el pulso de la muerte, sino El beso, que está empujado por el ansia vertiginosa de vivir, tiene la necesidad de la cercanía del cuerpo ajeno aunque a veces prefiere guardar distancia: irreductiblemente desea ante todo descubrir y ser descubierto. Un exabrupto de la fe que, detestando la indiferencia, logra extraditarla en lugar de apaciguarla.
El amor, un tributo rendido en tantas novelas a personajes que amamos y habitan territorios que existen porque alguien los narra; lugar donde sentimos la mitológica nostalgia de lo que nunca ha sido pero que podría suceder. La ininterrumpida compañía parece entonces una quimera, no pasa por apañarse la soledad sino en traducir la realidad a un lenguaje coloquial.
Amor: palabra mañosa, pleonástica, orgánica y sin embargo redentora.
En Un soplo de vida, de Clarice Lispector, le preguntan a Ángela, su protagonista: “¿Qué es lo que tú haces?”, y ella responde: “Me ocupo de la vida”.
Nadie puede darse lujos del alma, como amar, siendo pobre de espíritu. m