¿Para qué participar si habrá fraude?
Además de la guerra de lodo, a 100 días de las elecciones, existe un fenómeno muy extraño en torno a las mismas. Curiosamente los seguidores o una buena parte de los seguidores del candidato con más probabilidades de ganar y el propio AMLO consideran que habrá fraude. Lo cual es verdaderamente esquizofrénico.
Si efectivamente se considera que habrá fraude y que lo ha habido en las dos elecciones presidenciales precedentes, la de 2006 y la de 2012, no tiene pies ni cabeza seguir participando en las mismas. Menos congruencia ha tenido decir que hubo fraude y, sin embargo, asumir sus resultados en los mismos comicios en lo que corresponde a diputados federales y locales, senadores, gobernadores, presidentes municipales y delegaciones.
Es absolutamente delirante realizar solamente actividad electoral, recibir inmensas carretadas de millones de pesos del INE y los institutos estatales correspondientes, además de millones de spots en la televisión y la radio, registrar miles de candidatos a todos los cargos, al mismo tiempo registrar representantes en los niveles federal, estatal, distrital y de casilla, tanto de los partidos que integran su alianza como de sus candidatos, si todo se considera fraudulento.
Desde hace muchos años las “izquierdas” electorales solamente realizan “trabajo político” en función de lo electoral. Sus estructuras internas de organización están hechas para eso. Sus afiliados son registrados ante los institutos electorales, no tienen contemplado un trabajo en términos sociales, por ello se organizan “territorialmente” y ni por asomo piensan realizar una política en los sindicatos u otros espacios sociales o civiles. Las prácticas clientelares, tanto a nivel urbano como rural, se realizan para tener expresión electoral.
Afortunadamente AMLO declara, cada vez que puede, que su movimiento es pacífico y que sus protestas y movilizaciones “no quiebran ni un cristal”, aunque de vez en cuando amenaza con no volver a “detener al Tigre” si hay fraude.
Es hora de realizar una reflexión seria para rechazar esa demagogia.
Los millones de electores de AMLO pueden triunfar. Es hora de respetarlos y dejar la demagogia. M