Milenio

EDICIÓN ILUSTRADA DE ELSINORE, LISTA

Relanzan la novela del “despertar sexual” de Salvador Elizondo

- Jesús Alejo Santiago/México

En la literatura de Salvador Elizondo solían mezclarse la realidad y la ficción, una mirada adquirida no solo desde la experienci­a vital, sino de sus lecturas, lo que se refleja en un libro que publicó hace tres décadas, una suerte de autobiogra­fía y, al mismo tiempo, una manera distinta de reencontra­rse con su pasado: Elsinore.

Allí el escritor mexicano comparte su paso por la Escuela Naval y Militar Elsinore, en Estados Unidos, durante la posguerra, época fundamenta­l no solo para la Unión Americana, sino para el mundo, según explica Paulina Lavista, quien se encargó de impulsar una nueva edición del volumen, con el apoyo de El Colegio Nacional.

“Se trata de la última narración que escribiera Salvador en forma novelada, donde se desprendió de toda la parafernal­ia de Farabeuf al contar esa experienci­a que tuvo entre los 11 y los 15 años de edad, rodeado de una atmósfera en la que estaba Hollywood, pero también la Segunda Guerra Mundial y la posguerra. Es una narrativa del despertar sexual”.

Según la fotógrafa, quien compartier­a poco más de 40 años de vida con Elizondo, el libro podría ser considerad­o una novela de formación, donde se relata el paso a la adultez del joven Salvador, su despertar erótico y las aventuras que vive junto a su amigo Fred. “No fue sencilla la aparición de Elsinore, sobre todo porque a Salvador lo acusaban de no escribir lo suficiente; pero cuando se publicó le llegó una carta de Octavio Paz en la que lo ponía por los cielos y, a partir de ahí, tuvo una mejor recepción, aunque no deja de ser una novela de él, con la complejida­d que siempre lo acompaña”.

En esa carta Paz escribió: “Qué alivio leer este libro, breve y perfecto… Al fin una literatura en la que se alían la ligereza y la inteligenc­ia, la gracia y la melancolía”, lo que, desde la perspectiv­a de Lavista, le permitió a Elizondo tener una mejor relación con su novela.

“El libro reúne ciertos requisitos muy deliciosos para el lector: la autobiogra­fía, el hecho real, la posguerra, el despertar sexual. Además se trata de una historia muy cinematogr­áfica: hay que recordar que Salvador fue hijo de un productor de cine muy importante en la Época de Oro”, recuerda.

Imágenes y palabra

Elsinore retrata un mundo de contrastes que hacen eco hasta nuestros días: entre el inglés y el español, mexicanos y estadunide­nses, cadetes y braceros, la ciudad y el internado, universos que ofrecen un panorama de una vinculació­n a la mitad del siglo XX, lo que para Lavista es muy importante por los tiempos que vivimos en la relación con EU.

La edición preparada por El Colegio Nacional, que cuenta con un prólogo de Daniel Saldaña Paris, se nutre de una serie de imágenes que apuesta por acercarla a los jóvenes lectores: una versión ilustrada por Nuria Meléndez Gámez, quien se encargó de desarrolla­r collages a partir de fotografía­s y documentos de Elizondo, así como del archivo de la Escuela Naval y Militar Elsinore.

Incluye una libreta iconográfi­ca con fotografía­s y documentos de la infancia y la adolescenc­ia del escritor, así como de algunas páginas de su diario personal de 1945, porque cabe recordar que el narrador fue muy cuidadoso con el resguardo de su propia memoria. “Me divierte mucho leerlo y releerlo”, asegura Lavista: “Es un escritor que empieza de una manera muy profunda y con el paso de la escritura la va depurando. Para escribir Elsinore tardó una década porque era muy autocrític­o: le cortó capítulos y cada palabra está buscada, cada expresión estadunide­nse está muy bien colocada”.

La intención, explica la fotógrafa, es que esta edición conmemorat­iva permita conocer un pasaje en la vida de Elizondo, una experienci­a que, sin duda, lo marcó, porque le enseñó un orden: “Él guardó todo: sus cuadernos infantiles, sus diplomas de la escuela militar, además de sus diarios. De lo contrario, ¿cómo podría haber recuperado lo que hemos hecho hasta el momento? “Una de las historias que me hubiese gustado que escribiera fue su estancia en CLASA Films: su papá —Salvador Elizondo Pani— fue uno de sus creadores. Allí se filmó buena parte de la Época de Oro del cine nacional; tenía muchas anécdotas con los artistas, e incluso un cuaderno de autógrafos con las firmas de todos los actores y actrices de entonces. Esa experienci­a empezó a escribirla, pero ya no le dio tiempo de terminar”, comenta Lavista a MILENIO.

Sin embargo, alcanzó a dejar un libro como Elsinore, que en esta versión ilustrada de El Colegio Nacional ofrece una lectura distinta de un clásico de la bibliograf­ía de Salvador Elizondo. m

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ESPECIAL En su adolescenc­ia estuvo en una escuela militar estadunide­nse.

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