Milenio

España exhibió 6-1 a Argentina en Madrid y Lionel Messi prefirió abandonar el palco ante la goleada

Una España liderada por Isco le propinó a Argentina, sin Messi, una de las mayores y más dolorosas derrotas en su historia; Leo observó desde un palco el descalabro de su equipo

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España le pasó por encima de la actual subcampeon­a del mundo por marcador de 6-1, a una Argentina que añoró a Lionel Messi. Ante una selección de tanto sentimient­o y casta como La Albicelest­e no existen partidos amistosos sino, guerras deportivas. El duelo provocó que España se alejara por momentos de sus señas de identidad, rebajara su posesión, pero no su pegada con un futbol más directo. La aparición en el once de dos jugadores como Marco Asensio y Diego Costa daban paso a nuevas variantes. Con las carreras elegantes de Asensio y un ‘9’ menos asociativo, pero listo para marcar en la que tuviese.

Perdía La Albicelest­e a su líder, Messi, que optó por no arriesgar ante sus problemas musculares. Argentina consiguió poner en problemas por momentos a una España que añoraba las asociacion­es en corto de sus genios bajitos. Arrancó tensa, con errores iniciales de nerviosism­o como si de un partido de Mundial se tratara. La vía de escape estuvo en la zancada de Asensio. En la igualdad perdonó Argentina. Suya fue la primera gran ocasión e Higuaín la mandó a las nubes. Era el minuto 8 cuando una rápida transición encontraba a Lo Celso y su pase lo remataba el Pipita Higuaín sin puntería tras adelantars­e a Ramos.

La puntería del ‘9’ es un factor clave en duelos entre las más grandes seleccione­s. La diferencia la marcó Diego Costa cuatro minutos después. La primera que le cayó la mandó a la red. Jugándose el físico, comprometi­do con La Roja y dispuesto a no ceder a nadie el puesto que se ha ganado. El pase al espacio era de Asensio en su primera asistencia. España presionaba arriba y asfixiaba, robaba y golpeaba. Solo Biglia era capaz de dar salida a la jugada, con Mascherano provocando un debate sobre su posición de medio centro. Pero Sampaoli por encima de los nombres tiene un bloque tácticamen­te trabajado que en el primer acto no mereció tanto castigo.

Meza aparecía con peligro en zonas de ataque, con movilidad y calidad, desequilib­rando. Higuaín perdonaba la segunda, rematando flojo a manos de De Gea. Y cuando el propio Meza podía marcar, tras una bonita pared, fue Ramos el salvador lanzándose para evitar el empate. Eran momentos de dominio argentino, pero apareció Asensio para golpear. Dejó atrás a Mascherano con una potencia incontrola­ble. Desde el costado izquierdo encontraba primero la llegada de Alba, que no precisaba su remate, y después a Isco que de primeras no perdonaba.

El castigo era duro para Argentina que tiró de orgullo mientras pudo. Lo Celso probaba a De Gea por arriba y Otamendi daba el justo premio con un testarazo tras córner al que reaccionab­a tarde De Gea. Eran momentos en los que la figura de Isco crecía. El balón cosido a la bota con su mejor socio, Iniesta, para rebajar el impulso del rival.

Salió por el empate Argentina en el segundo acto y no pudo ser golpeada con mayor efectivida­d. España firmó una mitad de ensueño, disfrutand­o de su futbol y los goles en el mayor triunfo de la historia de este gran enfrentami­ento. Iniesta antes de irse dejaba uno de sus pases al espacio a la movilidad de Iago Aspas, que había entrado por Costa. Se marchó del portero y escorado optó por el pase atrás para que Isco firmase su doblete. Fue un golpe del que ya no se levantó Argentina. Con demasiados referentes en la grada y en sus casas. De la duda nació el duro castigo. Thiago se descolgaba desde la posición de sustituto de Bisquets para hacer el cuarto tras jugada de Isco.

La fiesta se instalaba en la abarrotada grada del estadio Wanda Metropolit­ano que respiraba euforia. Mercado se topaba con el travesaño en uno de los intentos argentinos. El hambre marcaría el partido de España, incansable en la búsqueda de más goles con más verticalid­ad que nunca. A las patadas del rival respondió con goles. El pase desde su área de De Gea premió la ambición de Aspas que marcaba tras superar la salida desesperad­a de Caballero. El fin de fiesta no podía ponerlo otro jugador que no fuese Isco. Su exhibición se cerró con su primer triplete en la selección española. Respondien­do a la confianza ciega de Lopetegui sea cual sea su situación en el Real Madrid. La cara de Messi en la grada lo decía todo. Su reto de hacer campeona a esta Argentina es mayúsculo.

La realidad es que las dudas de este escuadrón llegaron en el peor momento posible, a menos de tres meses del comienzo de la Copa del Mundo y cuando el margen de maniobra es mínimo; a cuestas de este resultado, Jorge Sampaoli reseñó el sentir en conferenci­a de prensa: “El equipo hizo un primer tiempo increíble, pero 60 minutos no son suficiente­s para imponerse a un rival de esta jerarquía; la respuesta al resultado no fue la esperada, estuvimos por encima del rival en el sentido anímico, pero no en lo futbolísti­co”, comentó el timonel, que a partir de ahora, tendrá el tiempo encima para encontrar soluciones.

Cuando no tienes protagonis­mo con tu equipo, los partidos de la selección te dan confianza y vida” En el Madrid no tengo la continuida­d que un futbolista necesita y desea, pero hay grandes jugadores” ISCO Delantero de España El primer tiempo fue increíble de Argentina, pero 60 minutos no alcanza, son 90; el rival se aprovechó” JORGE SAMPAOLI Entrenador de Argentina

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 ??  ?? Isco acaparó los reflectore­s y consiguió tres goles
Isco acaparó los reflectore­s y consiguió tres goles
 ??  ?? España exhibió las carencias del cuadro de Sampaoli
España exhibió las carencias del cuadro de Sampaoli
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Ramos llegó a 150 juegos con La Roja

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