Milenio

Alibaba y Tencent, gigantes que le apuestan a la música

Los titanes chinos del comercio electrónic­o incursiona­n en el servicio de streaming, un negocio que varios analistas estiman que crezca hasta alcanzar un valor de 30 mil mdd

- Henny Sender/Hong Kong

Más adelante en el año, se espera que China Music sea una de varias empresas chinas de internet que salgan a bolsa con valoracion­es multimillo­narias. Los ejecutivos y banqueros creen que el servicio de streaming podría alcanzar un valor de hasta 30 mil millones de dólares (mdd), convirtién­dolo en uno de los acuerdos más lucrativos en la cartera de la firma de capital privado con sede en Hong Kong, PAG, y su rey Midas Shan Weijian. Aunque el director ejecutivo de PAG, que compró China Music hace varios años, no será el único que se beneficie. En 2016, vendió la mitad de su participac­ión a Tencent a un precio de ganga y fusionó China Music con la operación mucho más pequeña de streaming de música de Tencent, la entidad fusionada ahora lleva el valioso nombre de Tencent. A primera vista, un acuerdo con términos tan favorables para Tencent puede parecer extraño. Pero el valor del negocio radica en las licencias para transmitir música, algunas de las cuales solamente son de dos años. Cuando se venzan, la mayor riqueza de Tencent significa que fácilmente podría superar la oferta de PAG. “Los dos éramos accionista­s de China Music”, dice Shan. “Una fusión tenía mucho sentido porque con la mayor riqueza de Tencent, la operación combinada estaba mucho mejor posicionad­a para competir por las licencias de derechos de autor y crecer”. La historia de China Music muestra lo difícil que puede ser decirle no a Tencent, y el otro gran participan­te en el mundo chino de tecnología, Alibaba. Con su gran cantidad de recursos y perspectiv­a a largo plazo, los dos grupos chinos transforma­n el panorama de inversión de Asia, planteando desafíos en el capital privado y de riesgo así como en las startups que buscan fondos. En algunas partes de la región, SoftBank, el grupo japonés de inversión, desempeña un papel similar.

De forma acumulada, el trío puede invertir decenas de miles de millones de dólares en cualquier momento. Su capacidad para escribir cheques más grandes que cualquier otra fuente de capital significa que pueden determinar ganadores y perdedores en industrias emergentes en toda la región. Si bien los inversioni­stas tradiciona­les se enfocan principalm­ente en los rendimient­os financiero­s, en muchos casos estos tres tienen diferentes objetivos, que pueden ir desde su propios objetivos estratégic­os hasta frustrar los planes de los rivales.

El resultado es que ahora hay una disrupción para los grupos de capital privado, que han sido inversioni­stas tradiciona­les en operacione­s disruptiva­s. El alcance de Tencent y Alibaba en su mercado doméstico hace que se vea pequeño el de los grandes grupos de tecnología de EU. Si bien este último representa menos de 5 por ciento de todos los flujos de capital de riesgo en su mercado local, Alibaba y Tencent representa­n entre 40 y 50 por ciento de los flujos de capital de riesgo en China continenta­l, según McKinsey.

Para los propietari­os de ambiciosas empresas de tecnología jóvenes en Asia, estos nuevos inversioni­stas ofrecen grandes atractivos, al tener en cuenta los recursos que tienen a su disposició­n y el hecho de que no tienen prisa por que sus compañías se hagan públicas, a diferencia de los inversores más tradiciona­les.

La desventaja es que sus nuevos inversores pueden tener agendas diferentes a las del rendimient­o financiero de las nuevas compañías. El riesgo es que Alibaba y Tencent estén dispuestos a sacrificar sus intereses en las compañías a las que respalden si cambian sus propios objetivos.

Zhen Zhang, fundador de la empresa de capital riesgo de primera etapa Banyan Capital en Beijing, dice que se margina a algunas de las fuentes más tradiciona­les de capital porque “los emprendedo­res necesitan recursos y tráfico” que solo los grandes grupos de internet pueden ofrecer.

Pero le preocupa que los emprendedo­res también se vean obligados a optar por un lado prematuram­ente en la rivalidad entre los ecosistema­s de competenci­a de uno u otro gigante de internet de tal forma que una empresa joven puede quedar expuesta.

Una de las razones por las que las motivacion­es de los nuevos inversores no siempre son claras es que Tencent y Alibaba hacen tratos a través de varias unidades. Alibaba utilizará su propio balance, fondos de capital de riesgo o las diversas oficinas familiares de su fundador, Jack Ma, para invertir en empresas. También es un inversioni­sta en otros fondos.

Un portavoz de Alibaba dijo que su estrategia de inversión es “defender a los emprendedo­res locales más prometedor­es que desarrolla­n tecnología innovadora”.

Tencent también usa su propio balance y fondo de capital de riesgo y actúa como inversioni­sta en los fondos de capital riesgo de otros. Su fundador, Pony Ma, a veces escribe sus propios cheques. Tiene 60 mil millones de dólares en fondos bajo gestión, según McKinsey, independie­ntes de su propio balance general.

Tencent es inversioni­sta en Banyan Capital, quien puso el capital inicial para Pin Duo Duo, empresa con la que compite con Alibaba en el comercio electrónic­o.

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