Milenio

De Mar-a-Lago, la primera dama estadunide­nse se resguarda de los cotilleos y de los rumores en la prensa sobre las supuestas infidelida­des de Donald Trump y sobre una posible ruptura matrimonia­l

Refugiada en la residencia

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El feriado de Semana Santa no pudo llegar en momento más oportuno para la primera dama estadunide­nse, Melania Trump. En medio de la incesante tormenta de noticias sobre la presunta infidelida­d de su marido, el presidente estadunide­nse Donald Trump, en los primeros tiempos de su matrimonio, la ex modelo eslovena huyó de los reflectore­s a Mar-a-Lago, la propiedad de la familia en Palm Beach, Florida (sureste de Estados Unidos), con su hijo Barron, de 12 años.

Pero ni siquiera allí encontró refugio de la atención que rodea la reciente actividad legal relacionad­a con la conducta del presidente con las mujeres en el pasado.

En el primer día completo de la primera dama en Mar-a-Lago, el presidente también estaba allí, pero no cenó con ella sino con su abogado Michael Cohen, quien pagó a la actriz porno Stormy Daniels 130 mil dólares en 2016 para que no divulgara su aventura amorosa con Trump en 2006.

Finalmente, el matrimonio Trump cenó el jueves por la noche, cuando el promotor de box Don King pasó para conversar.

La primera dama enfrenta presiones para poner fin a su matrimonio de 13 años con el magnate, algo similar a las que sufrió Hillary Clinton cuando la aventura del presidente demócrata Bill Clinton (1993-2001) con la pasante Monica Lewinsky salió a la luz a fines de la década

“Debería hacer para esta generación lo que Hillary no hizo y abandonar al imbécil”: S. E. Cupp

de los noventa del siglo pasado.

“Melania debería hacer para esta generación de chicas lo que Hillary Clinton no hizo para la mía y abandonar al imbécil de su marido”, escribió la comentaris­ta conservado­ra S.E. Cupp en una columna de opinión que apareció en la primera plana del diario New York Daily News bajo el titular “Dump Trump!” (bota a Trump!).

El mismo Trump hizo un chiste recienteme­nte acerca de la posibilida­d de que su esposa lo abandone. Ella ocupaba la mesa de honor en una cena en Washington D.C. durante la cual el presidente tradiciona­lmente pronuncia un discurso en el que se “¿Quién será el próximo en partir? ¿Miller o Melania? Es terrible, cariño, pero tú me amas”, dijo Trump burla de amigos y adversario­s por igual, y en el que el republican­o aludió a la intensa rotación de personal en la Casa Blanca.

“La pregunta que se hacen todos es, ‘¿quién será el próximo en partir? ¿(El asesor político) Steve Miller o Melania? Es terrible, cariño, pero tú me amas, ¿cierto?”

En medio de todo, la señora Trump mantiene un silencio estoico sobre las denuncias de Daniels y de las de la ex modelo de Playboy Karen McDougal de que tuvieron relaciones sexuales con Trump en 2006 poco después de que la futura primera dama dio a luz a Barron

Cuestionad­a sobre Daniels y McDougal, su vocera Stephanie Grisham dijo que la primera dama “se concentra en sus tareas de mamá y en asuntos como la tradiciona­l búsqueda de huevos de Pascua en la Casa Blanca y la visita de estado del presidente francés, Emmanuel Macron”, el próximo 24 de abril. m

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El matrimonio Trump y su hijo Barron, a su llegada a Florida.

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