Una galería en el cielo
El Pedder Building, de Hong Kong, en verdad comenzó algo. El valor estratosférico de los terrenos en la isla y su intensa densidad obligaron a las galerías de arte que pueden, en una ciudad diferente, a tener escaparates en calles prestigiosas o ubicarse en los gentrificados límites industriales del centro en talleres abandonados, en torres.
El ejemplo perfecto de este fenómeno es el nuevo H Queen’s Building. Veinticuatro pisos de galerías, sus oficinas administrativas y una selección de restaurantes que se apilan uno encima del otro en el corazón de la zona histórica de Hong Kong, H Queen’s es un diseño del arquitecto local y coleccionista de arte William Lim y su despacho CL3. Es, creo, un fenómeno único de Hong Kong.
La torre se levanta entre Stanley Street, Queen’s Road Central y los erosionados escalones de piedra de Pottinger Street, rodeada de puestos kitsch y la densa maraña de unidades de aire acondicionado y carteles que anuncian desde moda y enmarcados hasta masajes en los pies. Al nivel de la calle, la arquitectura es lisa y corporativa, con vidrios que van del piso al techo, así como un vestíbulo elevado para el edificio adornado con una enorme pantalla digital. Los niveles inferiores se han sacudido con límites y placas de piso escalonadas para crear una gran terraza de restaurante (aquí no hay muchos de este tipo) enmarcados por paredes verdes y vivas.
A medida que se eleva, la torre se suaviza en una elegante protuberancia de vidrio. Esto es contradictorio, ¿de qué sirven las paredes de vidrio para mostrar arte? De hecho, los pisos reciben un trato como bloques comerciales relativamente genéricos. Tienen alturas de techo superiores al promedio para acomodar grandes obras de arte, pero la intención es que las galerías reorganicen sus espacios para adaptarse a cada exposición.
Para algunas galerías, el llamativo fondo del paisaje urbano del centro podría ser el complemento perfecto, para otros la expectativa es que establezcan tabiques de yeso laminado para reorganizar los espacios. Las paredes de vidrio están salpicadas con pequeños discos de cerámica para proporcionar sombra, pero las paredes también se abren para que las galerías se conviertan, en efecto, en terrazas.
Parece que Hong Kong nunca aprovecha al máximo su clima, aislando todo en un limbo con aire acondicionado, pero aquí los eventos y las exposiciones se pueden abrir a la ciudad y la brisa de la tarde. La apertura de la superficie vidriada a su vez cambia radicalmente la apariencia de la otra torre de vidrio lisa. El vidrio del piso al techo también abre el edificio a la ciudad, el arte se hace visible desde el suelo y aún más desde los altos edificios que lo rodean, esta es una estructura comercial que abarca el ámbito público más fácilmente que sus contrapartes públicas, particularmente durante la noche.
Esas enormes ventanas corredizas también facilitan lo que podría decirse que es la característica más interesante del edificio. Las obras de arte más voluminosas no se llevan a través de un elevador de tamaño industrial como ocurre normalmente (un hueco de ascensor como ese ocuparía casi todo el volumen del edificio), sino que se pueden levantar con una grúa desde el exterior del edificio y pasarlas por las aberturas. Llevar las obras de arte en sí se convierte en una especie de teatro urbano.
Esta fue una empresa especulativa, pero claramente identificó un mercado lucrativo. David Zwirner, Hauser & Wirth, Pace, Pearl Lam y Galerie Ora-Ora ya adquirieron un espacio junto con la Seoul Auction, Tang Contemporary Art y Whitestone Gallery. Al ver a través de sus enormes ventanales se puede observar a un par de cuadras el patio de la antigua estación de policía, actualmente el centro de artes Tai Kwun.
Lo fascinante de este edificio es que, en realidad, es una torre comercial relativamente genérica, pero su propósito como un lugar para las artes lo convierte en algo completamente nuevo: un edificio adaptado a la topografía muy específica de Hong Kong.
Podría decirse que más que que cualquier otra ciudad, Hong Kong existe como un espacio público en tres dimensiones: las escaleras mecánicas de nivel medio están a la vuelta de la esquina, las calles mismas aquí son escaleras. H Queen’s hace que ese tercer eje sea más visible, un terrario vertical para el arte.