Campañas disparejas El escándalo que ha envuelto las operaciones inmobiliarias de Ricardo Anaya le han afectado, lo menos que se puede decir es que frenaron su crecimiento
Lo importante es lo que viene: cuatro candidatos presidenciales, tres de partido y una independiente, Zavala, estarán en la boleta; los ciudadanos les votarán en poco menos de 90 días; el periodo previo ha sido inequitativo para Meade y Margarita
La política y la competencia por el poder no atienden calendarios ni formalidades. Sin embargo, el cumplimiento con la ley sí es un tema. Las campañas inician en condiciones de inequidad. Dos candidatos presidenciales, Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Anaya, tuvieron un despliegue publicitario con recursos públicos bajo el pretexto de la publicidad de los partidos que encabezaban. El INE actuó de manera complaciente. Sin duda, un caso de campañas anticipadas.
Lo importante es lo que viene. Cuatro candidatos presidenciales, tres de partido y una independiente, Margarita Zavala, estarán en la boleta; los ciudadanos les votarán en poco menos de 90 días. El periodo previo ha sido inequitativo para José Antonio Meade y para Margarita Zavala; el primero, porque buena parte del tiempo de precampaña fue utilizado, como lo establece la ley, para construir su candidatura al interior de los partidos que lo postularon. Margarita Zavala tenía hace un año una intención de voto considerablemente superior; su actividad se ha debido centrar en obtener las adhesiones, tarea realizada con éxito a pesar de la polémica sobre las firmas no aprobadas.
Andrés Manuel ha sabido capitalizar su ventaja al presentarla como irreversible, tesis discutible, válida solo en la medida en que se dé por cierta. El escándalo que ha envuelto las operaciones inmobiliarias de Ricardo Anaya le han afectado, lo menos que se puede decir es que frenaron su crecimiento si no es que dañaron seriamente su reputación; José Antonio Meade tuvo que hacer trabajo en el interior de los partidos, lo que también afectó su impulso inicial y su condición ciudadana.
Finalmente, Margarita logró lo que los independientes se propusieron con el aval de muchos otros: que solo hubiera un candidato sin partido. Lo que está por verse es si los que no lo lograron, especialmente, Jaime Rodríguez y Ríos Piter, le darán su apoyo o si la idea que en su momento promovieron fue un ardid bajo la pretensión de anular a los demás para ser ellos el candidato único.
Las campañas inician; el debate y el escrutinio son obligados. De alguna manera ya han iniciado, pero todavía falta la confrontación de ideas. Es importante que la sociedad organizada y los medios cumplan con su tarea de cuestionar a los candidatos y los partidos sobre sus propuestas y programas de gobierno y legislativos. El mandato debe tener como referencia el voto informado y esto ocurre cuando hay deliberación auténtica, no la propaganda asociada al ofensivo despliegue de promocionales de radio y tv o los monólogos propios de las campañas, que ahora han cobrado realidad.
La Asociación Nacional de Banqueros y el Consejo Coordinador Empresarial, entre otros, han dado muestra de la tarea que pueden realizar para que los candidatos tengan un foro para exponer con seriedad sus propuestas. También el grupo de MILENIO Tv tuvo una muy fructífera entrevista con el primer candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, encuentro que dio lugar a un muy preciado testimonio de lo que realmente piensa el candidato presidencial, más allá de sus intervenciones preparadas. Por cierto, el candidato ha mostrado diferencias importantes en sus respuestas espontáneas respecto a sus textos elaborados con anticipación. Un tema que ha obligado a la reflexión pública es un escenario de descomposición y desorden público a partir de su derrota, referido a la figura del tigre suelto.
La inercia centralista y disruptiva ha favorecido a Morena y a su candidato. La campaña regionalizada y propositiva interrumpe lo existente y ello plantea una oportunidad para los otros tres candidatos. Margarita y José Antonio Meade son los que tienen un mayor horizonte de crecimiento en las intenciones de voto. Un tercio de las preferencias por López Obrador son volátiles y de continuar con un posicionamiento errático como ha sido su exigencia de cerrar la obra del nuevo Aeropuerto Internacional de México habría de afectar las intenciones de voto.
Un tema de la mayor importancia y de la mayor gravedad desde el punto de vista democrático es la tesis de López Obrador de revertir reformas o de definir el contenido de éstas a partir del plebiscito. Son las dictaduras las que han utilizado este medio a manera de eludir la institucionalidad democrática y el equilibrio de poderes. La opinión pública es veleidosa, recurrir a la opinión popular en términos tales es una muy peligrosa propuesta que abre espacio a una obligada preocupación si él o Morena ganaran el 1 de julio. No hay engaño: el candidato que lleva ventaja al inicio de las campañas es claro: se revertirán reformas a partir del plebiscito, no de las mayorías parlamentarias o de las definiciones de la Suprema Corte de Justicia. Allí está la máxima: “El pueblo es sabio y siempre tiene la razón”. M