La corrupción y la institución inútil
El asunto que domina buena parte de las crisis mexicanas y por lo tanto esta campaña es la corrupción. Problema añejo, extendido, con multitud de causas y actores.
Una cosa, creo, podemos tener clara: somos un país que creó una secretaría de Estado para controlar la corrupción y su fracaso es notorio.
Un nuevo estudio de Impunidad Cero lo deja clarísimo. Cito: La SFP solo sanciona un promedio de 13.40% de las quejas o denuncias que recibe. Esto implica, en principio, que en las denuncias existe una impunidad en la administración pública federal de 86.6%.
En promedio, 40% de las sanciones impues- tas por la SFP a los servidores públicos es de sanciones menores (amonestaciones públicas o privadas). Considerando que este tipo de sanción se cumple y agota al momento de notificarse al sancionado, aquí se encuentra una gran parte de las sanciones que son efectivamente cumplidas o que tienen bajo porcentaje de impugnación.
En promedio, 33% de las sanciones que impone la SFP queda firme.
La información que presenta la Secretaría de la Función Pública no indica el estado que guarda un 63% de las sanciones restantes, pues solamente las clasifica como firmes o revocadas, lo que quiere decir que están impugnadas a través de cualquier medio de defensa legal, pero éste no ha sido resuelto. Esto significa que 63% de las sanciones impuestas se encuentra impugnado.
El Tribunal Federal de Justicia Administrativa anula, en promedio, 60% de las resoluciones que se demandan ante él mismo. Esto nos lleva a que del 63% indicado en el punto anterior, casi 25.2% será declarado válido, y en el caso restante, se revocará las sanciones. Estadísticamente, 41.8% de las sanciones impuestas por la SFP terminará siendo declarado nulo por el TFJA, lo que quiere decir que la cantidad de casos que no se sancionan aumenta de 86.6% a un 92.2%.
Si esos números no lo dejan claro, pues apaguemos y vámonos. O más bien, lo que debería hacer quien gane la elección el próximo día primero es apagar eso y repensar cómo. Ideas sobran. Esa, la de la SFP, fue mala. No insistamos. M