DE LA ARCILLA A LA PISCINA
Algunos tenistas del torneo challenger de la Ciudad de México, como Santiago Giraldo y Manuel Sánchez, lucieron sus cualidades en los clavados de altura, junto a la experta Adriana Jiménez
Los protagonistas del torneo Mexico City Open han utilizado el estadio Rafael Osuna y el resto de las canchas de tenis del Deportivo Chapultepec para exhibir sus cualidades; sin embargo, tres de ellos cambiaron la superficie de arcilla por la piscina en el mismo recinto para pasar una tarde diferente.
El serbio Danilo Petrovic, el mexicano Manuel Sánchez y el colombiano Santiago Giraldo probaron suerte en los saltos de altura con una maestra de lujo, la clavadista Adriana Jiménez, ganadora del Premio Nacional de Deportes 2017, y se lucieron.
En la cancha, Petrovic cayó ante su compatriota Pedja Krstin en el debut, Giraldo tampoco tuvo un buen comienzo en el certamen de la Ciudad de México al perder frente al alemán Mats Moraing, y Sánchez fue superado por el brasileño Thiago Monteiro, pero todos volvieron a sonreír como improvisados clavadistas.
El más motivado era Danilo, quien después de escuchar las instrucciones de Adriana no dudó en lanzarse de la plataforma de cinco metros; siguió su ejemplo Giraldo, mientras que el local se tardó en hacerlo porque había olvidado el traje de baño.
Ninguno de los tenistas dudó en ir por la siguiente altura: los 10 metros, para tener una vista total de la zona de Chapultepec.
A pesar de sus 2.03 metros de estatura, Petrovic eligió como pareja para su siguiente salto a Adriana y aunque la sincronización no fue la ideal, los jueces, encabezados por Raúl Zurutuza, director de Mextenis, los premiaron con calificaciones de 10.
“Fue una experiencia bastante agradable, es muy raro que algún atleta de otra disciplina se suba a los 10 metros, lo disfruté mucho y estuve encantada de compartir con ellos en uno de los lugares donde entreno, fue algo especial”, reconoció la tercera mejor clavadista de altura del mundo en 2017.
Giraldo no se quedó atrás y también se lanzó desde la última plataforma, mientras Sánchez prefirió observarlos desde la alberca.
“Me gusta mucho nadar, ahora vivo en Cartagena y me agrada ir mar abierto, tomamos un botecito y me voy para que me cuide alguien, que me supervise y es algo maravilloso”, contó el colombiano.
Jiménez descartó que los tenistas tuvieran algún riesgo por lanzarse desde grandes alturas, ya que ella les dio todos los pasos a seguir para realizar un clavado, sin riesgos de sufrir lesiones.
“Estuvieron súper seguros, me dijeron ‘vámonos a la de hasta arriba’, yo le decía ‘vamos a correr para lanzarnos’ y (Petrovic): ‘Sí, perfecto’, así tenemos que ser todos los atletas: dispuestos y valientes; se ubicaron muy bien en el espacio, saben controlar su cuerpo y eso me tranquilizó, porque aparte son fuertes”, dijo.
Incluso, Adriana aseguró que si los tenistas se atrevieron a probar los clavados, ella podría hacer lo mismo en esa disciplina, aunque también necesitaría algunas clases para tomar la raqueta.
“Si me enseñan, yo encantada de hacerlo, hay que probar cosas distintas, no tengo tanta soltura en los brazos, entonces se me dificulta”, concluyó Jiménez.