La cultura más allá del adorno
Pregunta pertinente en tiempos de definir un proyecto de país: ¿por qué debería el Estado impulsar la cultura? No, como han pretendido históricamente la mayoría de las políticas mexicanas en la materia, para preservar nuestro patrimonio y nuestras tradiciones, porque la cultura refleje lo mejor de nosotros, porque las artes sean bellas o leer sea bueno. Eso es cierto; el problema es que tales argumentos dibujan la cultura como asunto no estratégico y no urgente, como bien suntuario y prescindible cuando tantos y tan urgentes problemas hay que atender. Como adorno, pues.
Mejor concebir la cultura como factor de desarrollo social, por su capacidad de construcción de ciudadanía. Un ciudadano entrarán en diálogo con lo que acontece es miembro de un Estado y, por tanto, en el entorno; si abstractos —la música, la parte de una comunidad. A fin de ejercer arquitectura, el diseño— tienen la capacidad esa (cor)responsabilidad, debe ser libre, de conmover (lo cual no significa solo es decir ejercer el pensamiento crítico abandonarse a la belleza, sino abrirse a ser para relacionarse de manera dinámica perturbado o descentrado), lo que lo lleva con su entorno: ser capaz de disentir pero a analizar lo experimentado de manera también de estar de acuerdo, a partir de sensible, sirviendo otra vez como acicate un sistema propio de valores. La educación a la inteligencia. soporta, claro, el andamiaje intelectual Una política cultural concebida como del ciudadano. Sin embargo, igual o más proyecto integral y estratégico pasará, importante será su exposición a los productos por fuerza, por concebir la cultura como culturales, que problematizan y factor de desarrollo social, pero también sensibilizan: si discursivos —la literatura, económico. Lo que me llevará, en una siguiente la historia, las artes escénicas y visuales, el entrega, a refutar no solo la teoría cine— lo llevan a confrontar ideas propias que llamo “la del adorno”, sino también, con ajenas para producir ideas nuevas que me temo, la de Adorno. M