Donar por ley
Mis ojos y mis manos, como un árbol carnal, generoso y cautivo, doy a los cirujanos: él sabía que donar requiere generosidad. Del latín donare, el término envuelve la idea de dar y entregar por propia voluntad.
La semana pasada la Cámara de Senadores aprobó sin un solo voto en contra reformas a varios artículos con el fin de que todo ciudadano mayor de 18 años sea, por ley, donador de sus órganos al morir, a no ser que en vida haya expresado su voluntad de no serlo.
Hay antecedentes que deben ser estudiados para llevar a buen término esta ley. En 2016 la Cámara Baja del Parlamento holandés autorizó una propuesta similar en una cerrada votación, con 75 votos a favor y 74 en contra. La Cámara Alta holandesa hizo lo mismo con una propuesta que ahora es ley, nuevamente en una cerrada votación. Como lo señaló Rafael Matesanz, director de la Organización Nacional de Trasplantes de España, la ley holandesa aprobada es igual a la que ya existe en España, líder mundial en trasplantes, donde no existe el tráfico de órganos.
En Holanda la ley concede que los familiares tengan la última palabra: ante la muerte de un ser amado, ellos pueden negarse a la donación si les ocasiona un dolor insuperable. No así en Colombia, en donde para renunciar a ser donante es preciso firmar una voluntad notariada. En México, un habitante de un pueblo remoto difícilmente dejaría notariada su voluntad. No sabemos aún si estos pormenores están contemplados en la minuta elaborada por los senadores: les tocará examinarlos a la Cámara de Diputados.
Como directora que soy del Programa Universitario de Bioética de la UNAM y como miembro del Colegio de Bioética, me extraña que a ninguna de estas instancias se le haya consultado una opinión. ¿Quién asesora a los senadores en cuestiones bioéticas? ¿No sería mejor que cada individuo, de manera obligatoria, exhibiera en su INE con una letra que indique si desea o no ser donante?
Una cosa es segura: si se pretende que la donación de órganos deje de ser un acto altruista y se convierta en una cesión legal de órganos, los diputados deberán respetar los diferentes contextos culturales propias de nuestro país. m