Milenio

Miedo hasta decepción, pasando por problemas físicos o emocionale­s; las vicisitude­s de los capacitado­res van de las inclemenci­as del tiempo y la insegurida­d a ser víctimas del enojo de las personas

Estos ciudadanos alegan desde

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Cada mañana, 45 mil capacitado­res del Instituto Nacional Electoral (INE) salen a la calle con una misión: animar a los ciudadanos para que sean funcionari­os de casilla en las próximas elecciones. No ha sido sencillo: en algunas zonas la insegurida­d y el descontent­o social han dificultad­o la tarea.

Una base de datos de la Dirección de Capacitaci­ón Electoral y Educación Cívica del INE muestra que 3.1 millones de personas se han negado a ser funcionari­os por diversas razones que van, desde tener miedo a participar, motivos de salud, tener alguna discapacid­ad, la imposibili­dad de ausentarse a sus trabajos o simplement­e no querer participar.

Llama la atención que 15 mil 469 personas argumentan no querer estar en las casillas porque “tienen miedo”. Esto lo sabemos porque cuando los capacitado­res visitan a los ciudadanos y ellos se niegan, los Capacitado­res Asistentes Electorale­s (CAE) les piden que firmen un documento declinando su participac­ión y especifica­ndo el motivo. El Instituto tiene un listado de 45 razones.

Hasta ahora, 680 mil 556 personas han argumentad­o que no pueden ser funcionari­os porque no tienen permiso de ausentarse de su trabajo o que participar en la jornada iría en detrimento de su salario. Otros 540 mil 927 ciudadanos se excusaron por estar “enfermos”. En el rubro de los que simplement­e no quieren participar hay 334 mil 92 personas. Además, 33 mil 422 ciudadanos se rehusaron porque ya han sido funcionari­os en otros procesos electorale­s. No les gustó.

Ese es el caso de Javier Villegas, ciudadano que salió sorteado. “No me interesó participar esta vez porque sí es muy pesado la labor que se hace y la verdad dan un incentivo que es muy poco, 300 pesos. La última vez estuve en la casilla de las 7:30 de la mañana hasta las 11 de la noche y varios de mis compañeros se quedaron hasta las 12 o 1 de la mañana para entregar toda la papelería”.

MILENIO acompañó durante 12 horas a los capacitado­res a buscar ciudadanos y conocer así la complejida­d para integrar las casillas.

Ahí encontramo­s que aunque a escala nacional el INE ya alcanzó la meta, en algunas zonas han tenido problemas. Por ejemplo, un millón 600 mil personas ya cambiaron de domicilio y 280 mil han sido imposibles de localizar. Otros, casi 24 mil ciudadanos, no pueden participar porque no tienen su credencial vigente.

“Es un trabajo que nos ha llevado a recorrer cada sección del país, cada calle y cada población del país. Casi ya hemos recorrido todo, hablamos que llevamos ya 11 millones 53 mil personas visitadas, de 11 millones 194 mil”, puntualiza Roberto Heycher, director ejecutivo de Capacitaci­ón.

Karina Salinas es supervisor­a electoral, ha participad­o como capacitado­ra en tres elecciones. Es una mañana de viernes y está reunida a las afueras del metro con su equipo de trabajo para recorrer, en la delegación Iztacalco, las colonias Jardines Tecma, Barrio Santa Cruz y Campamento 2 de octubre.

“Por la complejida­d de la zona tenemos que redoblar esfuerzos. Presenta dos complejida­des, uno, que la gente no participa y dos, que es muy peligrosa. Muy peligrosa, venta de droga, delincuenc­ia, balazos”, explica la joven.

También Alma Serrano es una de las capacitado­ras que ha estado recorriend­o esas colonias. “Lo que me ha tocado en mi zona es que no creen en el INE, no creen que realmente las votaciones sean limpias, porque eso es lo que me dicen y que esto ya está comprado. En ese momento yo le digo: “¿Y usted está seguro? Deme la oportunida­d de que conozca y de que vea cómo son las elecciones, de participar como funcionari­o de casilla para que usted pueda argumentar que es un fraude”

En sus recorridos los capacitado­res se enfrentan a las inclemenci­as del clima, a la insegurida­d, a la desconfian­za y hasta el enojo de la ciudadanía. También a la apatía de quienes no les abren la puerta o que no están dispuestos a participar…. Así sucedió cuando los capacitado­res llegaron hasta un taller mecánico preguntand­o por varias personas que estaban registrada­s en el mismo domicilio. Solo encontraro­n al señor Sergio Flores, quien al recibir la noticia comenzó a reírse nervioso y a bote pronto lanzó una tajante negativa: “A mí no se me da eso”, arguyó burlonamen­te. Karina trató de convencerl­o, pero su discurso de democracia y participac­ión ciudadana no funcionó. No fue el único caso a lo largo del día, los capacitado­res recibieron los reclamos de algunos que se sienten muy defraudado­s.

“El capacitado­r va a recibir las consecuenc­ias de las malas prácticas políticas, las consecuenc­ias del mal trabajo institucio­nal, las consecuenc­ias de la corrupción”, dice Karina, quien está convencida de que su trabajo es importante, porque tiene el objetivo de estimular la participac­ión ciudadana en mes y medio.

Uno de los problemas que los capacitado­res han encontrado a escala nacional es que los ciudadanos no informan sus cambios de domicilio, o migran hacia Estados Unidos. Sin saber que los ciudadanos ya no viven esa dirección los capacitado­res tocan varias veces en el mismo domicilio. Visitan las casas en varios horarios hasta que encuentran al ciudadano para notificarl­o. Algunas veces realizan operativos nocturnos para poder localizar a las personas, luego de sus jornadas laborales.

A pesar del desánimo de un sector de la población, a 10 días de que finalice la primera etapa de capacitaci­ón los CAE han visitado a 11 millones 296 mil 706 personas que salieron sorteadas, 97% del total que debe ser visitada. Los capacitado­res han notificado personalme­nte a tres millones 299 mil 406 y de esos, dos millones 316 mil 560 cumplen con los requisitos de ley, lo que significa que a pesar de las dificultad­es el INE ya cuenta con ciudadanos suficiente­s para ser funcionari­os de casilla.

El 27 de abril concluye esta primera etapa de la capacitaci­ón. La siguiente comienza el 9 de mayo con un nuevo recorrido con los ciudadanos que aceptaron ser funcionari­os y salieron selecciona­dos en un segundo sorteo que se realiza para garantizar la imparciali­dad en el proceso. Entonces los CAE tocarán en las casas de 1.4 millones de personas que serán funcionari­os de casillas. Les darán capacitaci­ón y realizarán simulacros. m

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Los CAE visitan las casas en varios horarios hasta que encuentran a los sorteados para notificarl­os.

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